El chavismo acusó a "la derecha" del asesinato del diputado Serra

El gobierno denunció un sicariato político contra el líder juvenil apuñalado y planes terroristas fascistas

CARACAS.- El chavismo pasó ayer al contraataque tras el asesinato de su joven diputado Robert Serra, justo en uno de sus peores momentos económico, social y político tras casi 16 años de revolución.

"Juremos por Robert y María [la pareja asesinada el miércoles], Chávez, Bolívar, Dios, los niños y el amor de un pueblo luchar hasta la victoria. Aquí está el fascismo. Debemos entender que estamos en una guerra", dijo Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea, que calificó el crimen de sicariato político.

Junto al líder militar de la revolución, el primer mandatario, Nicolás Maduro, elevó su dedo acusador contra "factores de la derecha radical mayamera".

El presidente repitió sus teorías conspiratorias, tan habituales durante su mandato, e incluso anunció que habían desarticulado el vigésimo intento de atentado en lo que va de su gobierno.

En esta ocasión, los dos "hijos de Chávez" contaron con una ayuda inesperada. Desde Quito, y cuando todavía no se ha avanzado ninguna pesquisa policial, Ernesto Samper, presidente de la Unasur, mostró su preocupación ante la "señal de infiltración de paramilitarismo colombiano" en Venezuela.

Las primeras espadas de la revolución alentaron a otros dirigentes de tercera fila, que se lanzaron por el barranco de las declaraciones sorprendentes. "Planes terroristas obedecen a los intereses de la derecha venezolana, que no permite a la clase pobre vivir en mejores condiciones", disparó el diputado Orlando Zambrano. "Tenemos información de que hubo una reunión el martes donde se decidió el asesinato de nuestro camarada. Sectores políticos más perversos, incluidos diputados, estaban presentes", añadió otro diputado chavista, William Fariñas, sin proporcionar las citadas pruebas.

El chavismo intenta obtener así rédito político cuando todos los interrogantes siguen abiertos en torno a la muerte de Serra.

Líder juvenil en pleno ascenso, el diputado por Caracas era conocido por su verbo incendiario y sus amistades peligrosas con los colectivos paramilitares.

Su asesinato es, por ahora, un caso misterioso de móvil desconocido. Serra presentaba más de 30 puñaladas, realizadas con mucha saña, lo que suele asociarse a un crimen pasional. María Herrera también recibió varios cortes de arma blanca.

Una de las incógnitas es la relación entre los dos: pese a que el ministro de Interior aseguró que eran pareja, personas cercanas aseguran que eran amigos de mucho tiempo y compartían ritos religiosos afrocubanos.

Las anteriores acusaciones gubernamentales en los crímenes más sonados fueron desmentidas por investigaciones periodísticas y policiales, como la muerte de la ex miss Mónica Spear (en un asalto en la ruta) y la del dirigente chavista Eliécer Otaiza (durante un robo de auto). Incluso esta semana fue premiada con el galardón García Márquez la cobertura realizada por el equipo de investigación de Últimas Noticias sobre los asesinatos de la manifestación estudiantil del 12 de febrero. El chavismo acusó a "fascistas" y "opositores", y a la postre los autores fueron agentes de inteligencia, policías y paramilitares.

Golpeada por la poderosa propaganda gubernamental, la oposición se defendió ayer como pudo, incluso asomó sus proverbiales divisiones. Chuo Torrealba, nuevo secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), decidió suspender la concentración prevista para hoy. Las reacciones de los radicales, que insistían en llevarla a cabo, le han dejado muy claro la complejidad de su cargo. "Este gesto subraya que nosotros somos distintos. Ni burla ni venganza. Hay que ser solidarios con las víctimas", insistió Torrealba..

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