Chávez, Nisman y el plan nuclear iraní

Por Ricardo Kirschbaum

Las extrañas alusiones de Cristina Kirchner, primero sobre las amenazas contra su vida por parte del Estado Islámico y después con su famoso “miren al Norte” no consiguieron la repercusión que sí han tenido la denuncia de Nisman y su muerte a los pocos días.

Nisman acaparó las portadas y la noticia siguió porque no se trata de un hecho local, sino de trascendencia mundial por la relevancia que tiene todo lo referido a Irán. Y, también, por la curiosidad que despierta la voltereta argentina que de un día para otro echó por tierra la cadena de discursos oficiales en la ONU acusando a Irán por el atentado a la AMIA. Además, en un segundo plano, por el atentado contra la embajada de Israel aquí del que se cumplieron ayer 23 años. La populosa marcha del 18F fue también una noticia reflejada por los principales medios internacionales y por investigaciones de la TV norteamericana.

Un nuevo ingrediente, inquietante, se acaba de sumar: la cuestión nuclear, que podría estar debajo de la mesa de aquel nunca bien explicado viraje. La puntada inicial la dio a inicios de febrero el radical Rodolfo Terragno, en Clarín. Su primera observación fue de sentido común: no hace falta un memorándum de entendimiento como el que se firmó para que un país venda lo que tiene y compre lo que necesita.

Una explicación más realista no tendría que ver con trigo ni con petróleo, pero sí con el desarrollo nuclear iraní. Terragno recordó lo dicho por Eleana Ros-Lehtinen, jefe del Comité de Relaciones Exteriores de Representantes de EE.UU., que Chávez “habría intercedido (...)a favor de Irán para la obtención por medio de Venezuela de tecnología nuclear argentina”.

El caso, escribió Terragno, fue que “nunca se analizó seriamente la hipótesis sobre un acuerdo nuclear subrepticio” y así siguió hasta que, días atrás, la revista brasileña Veja volvió sobre el asunto. Basándose en declaraciones de tres “ex altos funcionarios” venezolanos, Irán le había pedido a Chávez que mediara ante Cristina para que el país colaborara con el plan nuclear iraní. 

Esa versión fue descalificada aquí por Aníbal Fernández con un rotundo “ya es difícil contestar la estupideces que escriben en Argentina, como para que me ocupe de las estupideces que escriben en otro país”. La realidad es que nada asegura que porque Fernández lo diga, se trate de estupideces.

Además de que el delicado universo de temas que vincula la muerte de Nisman vuelve una y otra vez en los medios internacionales y en las cancillerías aunque estas callen, ayer Estados Unidos e Irán reanudaron oficialmente en Suiza sus negociaciones acerca de ese programa nuclear.

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