Cerraron el basural de Irízar y se resiente la recolección de poda

Cerraron el basural de Irízar y se resiente la recolección de poda

Lo decidieron Municipio y Provincia. Será mientras se tramita el estudio de impacto ambiental. Hasta entonces, las ramas van a Pinazo. Pero hay capacidad para menos de un mes.

En medio de la polémica por el rechazo vecinal y la denuncia penal que investiga la Justicia, el Municipio decidió cerrar el basural de Almirante Irízar, en el que depositaba residuos de poda y de construcción.

El candado se colocó el miércoles por la tarde, luego de una reunión que el titular de la Agencia de Residuos, Mariano Santillán, mantuvo con los responsables de las subsecretarías de Gestión Territorial, que son los que tendrán que arreglárselas ahora con la disposición de las ramas, justo en medio de la época de poda.

También tomaron parte en la decisión funcionarios del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), que tiene todavía por resolver el estudio de impacto ambiental que determinará si el predio de Irízar es viable como depósito de ramas y áridos.

“Fue decisión conjunta con la OPDS suspender las  actividades para preservar y garantizar que el proceso de estudio de impacto se diera con transparencia”, le confirmó Santillán a El Diario.

Es que tras las reiteradas quejas de los vecinos, el concejal Gabriel Lagomarsino presentó una denuncia ante la Justicia Federal, que rápidamente tomó cartas en el asunto, clausurando otros dos basurales: uno en Pellegrini, donde se realizaba la transferencia de residuos, y el de La Montonera, a punto de cerrar, donde se separaban los desechos que llevaban los volquetes para enviar los inertes a Irízar y los contaminantes al Ceamse. Al menos, en teoría. 

Las denuncias de vecinos llegan acompañadas por innumerables fotos en las que se ve basura no apta en el predio de Irízar.

Por eso, la decisión de cerrar el vuelco puede entenderse como preventiva, para evitar una posible clausura judicial, de consecuencias imprevisibles.

Complicaciones

El predio de Irízar era, desde hace poco, el único que se usaba para para disposición final de los residuos de gestión municipal. Su cierre, aunque provisorio, traerá consecuencias, que ya comenzaron a sentirse.

En principio, las 15 empresas de volquetes que trabajan en Pilar recogiendo restos en obras, demoliciones y movimientos de suelo, ya no tienen dónde descargar su camiones en el distrito.

Ahora, y mientras dure la situación, los volqueteros deberán depositar sus cargas en los vuelcos de municipios aledaños. El más elegido es Malvinas Argentinas, aunque algunos van directamente al Ceamse, con la diferencia de costos que eso implica.

Pero la consecuencia más importante es la que tendrá sobre la recolección de ramas por parte del Municipio justo en la época de poda.

Santillán explicó que las subsecretarías territoriales siguen con los retiros de ramas a ritmo normal. De lo que levantan, el 50% es reducido con chipeadoras móviles en los camiones y el otro 50% es chipeado en el centro de transferencia del barrio Pinazo. Ahí quedarán, en bateas, hasta que se reabra Irízar.

Santillán estima que el predio de Pinazo puede aguantar un máximo de 20 días. Si antes de eso no hay una solución definitiva, el problema será de una magnitud más seria.

Mientras tanto, en los barrios y hasta en el centro de Pilar, los montículos de ramas se multiplican y permanecen por varios días en su lugar. Una imagen que trae reminiscencias del 2016, cuando los residuos de poda parecían ser un problema irresoluble para el entonces recién asumido gobierno de Nicolás Ducoté. 

El dato

Mientras esté cerrado el predio de Irízar, el área de Residuos construirá un playón con desagües para realizar tareas de separación de residuos.

“En pleno periodo de poda, no puedo pedir que no se saquen ramas. Pero cuánto menos haya, más se ayuda”. MARIANO SANTILLÁN

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