La centroizquierda ahondó sus divisiones

La centroizquierda ahondó sus divisiones
La Cámara de Diputados sumó ayer un nuevo día de inactividad. La falta de quórum para iniciar la sesión esta vez fue festejada por el Frente para la Victoria y por sus acérrimos adversarios. Los kirchneristas lograron evitar el debate sobre el proyecto que modifica la ley de impuesto al cheque, mientras que el PRO, el peronismo disidente y buena parte del radicalismo y la Coalición Cívica esquivaron la discusión por la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, que divide el interior de sus bancadas. La fragmentación política volvió a ser la tónica dominante y profundizó las diferencias en el espacio de la centroizquierda.
Como es tradición, la sesión fallida generó otra vez dardos cruzados entre oficialistas y opositores que se culparon por la falta de quórum. Detrás del telón político quedaron los lamentos de la comunidad homosexual, que vio frustrarse otra oportunidad histórica.

El momento de mayor tensión se vivió a las 11.45. Habían pasado 45 minutos de la hora prevista para el inicio de la sesión cuando el diputado Felipe Solá pidió la palabra. Sin rodeos, le solicitó al titular de la Cámara baja, Eduardo Fellner, que levantara la sesión. Recurrió así a la misma estrategia que le había reprochado al kirchnerismo una semanas atrás.

En ese momento había 116 diputados sentados en sus bancas. Faltaban 13 para juntar quórum. La ausencia más notoria en la sala era la de Vilma Ibarra, principal promotora de la ley que habilita el matrimonio gay, y sus compañeros de bloque de Nuevo Encuentro. Atento a que los miembros de ese bloque, que preside Martín Sabbatella, estaban por bajar al recinto, el diputado del SI Eduardo Macaluse sugirió que se esperara media hora más. Y fue entonces la diputada de la Coalición Cívica Patricia Bullrich la que se opuso. Por una jugada similar del oficialismo, la ex ministra aliancista había deslizado la posibilidad de pedir la renuncia del presidente de la cámara.

Antes de que el debate continuara, Fellner apagó el tablero y dio por fracasada la sesión. Y comenzó el escándalo. Los principales reproches fueron para Sabbatella e Ibarra por no haber ocupado sus bancas. "El oficialismo y sus aliados son absolutos responsables de que no haya habido sesión y lo más grave es que no tenemos una explicación de quienes jugaron fuerte a favor de la ley pero no vinieron a dar quórum", disparó Solá, quien dijo que pidió el levantamiento de la sesión para dejar en evidencia a los ausentes. Lo cierto es que la jugada le sirvió para no dejar expuestos a sus compañeros de bloque que iban a votar en contra del matrimonio homosexual. Sabbatella salió a defenderse. Acusó a los sectores "que no quieren que se igualen los derechos de homosexuales y heterosexuales". También responsabilizó a los que no querían que se tratara el impuesto al cheque. En su entorno intentaron explicar que se "confiaron con el tema del quórum".

El fracaso de ayer profundizó las diferencias entre los legisladores de centroizquierda. El líder de Proyecto Sur, Fernando "Pino" Solanas, disparó: "Del oficialismo no quiso sentarse ni una persona porque le temían a la discusión del cheque, pero lo más vergonzoso, la perla negra, es para el bloque de Martín Sabbatella y Vilma Ibarra". Despreocupado por los disparos de la oposición el jefe del bloque kirchnerista, Rossi culpó al Grupo A por la falta de quórum.

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