Central trajo mucho, vendió poco y debate si necesita oxigenar su economía

Central trajo mucho, vendió poco y debate si necesita oxigenar su economía
"Tal vez necesitemos vender a alguien, pero por la necesidad de darles cabida a varios jugadores que están pidiendo pista", fue el razonamiento del presidente canalla. Otros piensan en pagar deudas.
Un nuevo mercado de pases. Que contemplará las variables lógicas: compras y ventas. "Tal vez necesitemos vender a alguien, pero por la necesidad de darles cabida a varios jugadores que están pidiendo pista", fue el razonamiento del presidente canalla Norberto Speciale en relación al cuadro de situación reinante. Pero es una parte de la historia. Otras aristas robustecen la idea de que puede ser necesario desprenderse de algún futbolista para simplificar la llegada de refuerzos de cara al próximo torneo. ¿Por qué se hace referencia a esto? Porque en el medio hay un detalle imposible de obviar, que tiene que ver con que el último jugador que Central vendió fue Mario Paglialunga, en junio de 2011, a Catania de Italia (antes se habían ido Gervasio Núñez a Quilmes y Jonatan Gómez, de quien Central tiene la mitad del pase, a Banfield, mientras que de Zelaya, Braghieri y Burdisso fueron negociados porcentajes). De allí en adelante hubo varias incorporaciones sin ventas en el medio.

Hoy en los pasillos del club las voces giran en varios sentidos. Un discurso es el que intenta dar Speciale, pero hay otros que se escuchan sobre la necesidad imperiosa de hacer efectiva una venta para oxigenar la economía y así hacer frente no sólo al armado de un nuevo plantel, sino también cumplir con viejas deudas que pesan sobre las finanzas de la institución.

Hasta aquí la apuesta fue clara. Muy pocas ventas y muchas incorporaciones. Todo producto de un panorama que marcó coordenadas muy nítidas, con un equipo que necesitaba imperiosamente salir de la B Nacional y, más tarde, lograr el afianzamiento en la máxima categoría. Lo que no se pone como argumento principal en el tamiz analítico es si todas esas incorporaciones (más de 30, ver infografía) fueron acertadas o no. Eso es parte de otro análisis.

Desde aquel junio de 2011, con la partida de Paglialunga al fútbol italiano en una cifra cercana al millón de dólares, no hubo ningún otro caso que permitiera que el club pudiera embolsar una suma de dinero importante. Tal vez por eso hoy haya quienes consideren que "es prácticamente necesario poder concretar una venta", con el fin de "lograr equilibrar un poco las cuentas". Frases que distan de lo expuesto por el presidente canalla (ver aparte).

Aquel contexto en el que estuvo envuelto el club desde lo deportivo también pudo haber influido para que las ventas escasearan. Y no sólo por la necesidad, sino porque el nivel de los futbolistas hacía que en estos últimos años muy pocos clubes posaran sus ojos en ellos.

Desde ese sentido, hoy el panorama parece ser otro. El propio Miguel Angel Russo hizo referencia a eso en una de sus últimas conferencias. "Ahora Central tiene jugadores que pueden ser vendidos, a diferencia de cuando llegamos, en que no había prácticamente nada", esgrimió el entrenador hace algo más de un mes.

Ese análisis de Russo incluye nombres muy puntuales. Federico Carrizo parece ser el futbolista por excelencia en tener el tachito sobre la cabeza. Pero la lista en cierto sentido se amplía. Es que a nadie podría extrañar que llegara alguna oferta por Walter Acuña, Tomás Berra, Nery Domínguez o Rafael Delgado, entre otros.

El retorno de Russo de sus vacaciones permitirá que el panorama de la llegada de refuerzos comience a aclararse un poco más, aunque sabiendo que la disputa del Mundial hará que la espera se prolongue.

Después, el tiempo dirá si las urgencias económicas y el armado del futuro plantel tendrán en las ventas una de las principales condiciones. Por lo pronto, Central, un club históricamente vendedor, hace tres años que no cuenta con ingresos importantes en ese rubro.

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