Los “cazadores de bacterias” del Malbrán que develaron los secretos del estreptococo

Los “cazadores de bacterias” del Malbrán que develaron los secretos del estreptococo

Clarín pudo visitar el laboratorio donde se analizó el Streptococcus Pyogenes y dialogó con la médica genetista Claudia Perandones.

 

Cae la tarde del miércoles primaveral y estamos en el Malbrán, el prestigioso y centenario instituto de salud donde han trabajado los Nobel argentinos Bernardo Houssey y César Milstein, y en cuyos laboratorios se estudian los problemas que no sólo causan las bacterias, sino también los hongos, los parásitos y los virus.

Caminamos por sus calles, atravesamos los espacios verdes y dejamos atrás la Torre Tanque emblemática para desembocar en el Laboratorio de Seguridad Biológica donde la médica genetista Claudia Perandones, interventora de Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) conversará con Clarín sobre el Streptococcus pyogenes, la bacteria que está en boca de todos.

Hace 27 años que Perandones deja, orgullosa, “parte de la vida” en el Malbrán, “mi segunda casa”. Cuenta que se han vivido momentos culminantes en todo este tiempo y que la última semana predominaron “el compromiso, el esfuerzo, pero también el estrés y el nerviosismo”, en pos de llevar serenidad a la población, después de que aumentaran considerablemente las consultas en las guardias de los hospitales públicos.

No fue un tema menor la presión de los medios y de una población en estado de alerta. “Entendimos la presión y la alarma generalizada porque los casos fueron mediatizados. Nosotros no teníamos presión porque sabíamos que esto es un evento que ocurre todos los años y pensamos que no íbamos a estar ante un caso inusual”. Sus estudios finalmente lo confirmaron.

¿Cómo fue el proceso de estudio de la bacteria? “Primeramente un laboratorio confirmó la identificación de Streptococcus pyogenes; otro determinó en forma simultánea la sensibilidad a los antibióticos y comenzaron las extracciones de ADN para determinar qué tipo de clon era y, finalmente, la extracción del ADN total para hacer la secuenciación del genoma. Una vez obtenidos los datos, tanto de un gen como del genoma completo, el proceso fue comparar con bases de datos internacionales”, explica la profesional, que enfatiza que el trabajo en equipo fue clave. “Sin ese complemento es imposible”.

En plena actividad. En el Malbrán se estudió el brote del Streptococcus pyogenes, que causó muertes en el país. Foto: Emmanuel Fernandez

Poco amiga de los flashes y las entrevistas, la interventora se focaliza en las conclusiones de los estudios realizados: “Cuando analizamos los resultados obtenidos fue tranquilizador también para nosotros, porque era lo que suponíamos. Y poder confirmarlo, documentarlo, con tecnología de última generación fue muy satisfactorio”.

Y deja escapar un costado vulnerable y humano. “Si bien no estábamos preocupados porque conocemos la epidemiología del Streptococcus pyogenes, porque en ANLIS se vigila hace muchos años, realmente teníamos ansiedad de ver los resultados del genoma”.

Sin descanso. Si bien lograron aislar la bacteria, en el laboratorio no bajan la guardia y investigando algún cambio genético. Fotos Emmanuel Fernandez

Pero, ¿cómo se logró aislar la bacteria? “La aíslan los laboratorios de los hospitales y centros, a partir de sitios estériles, y no es un procedimiento que denote dificultad. En nuestro instituto se reciben los aislamientos, es decir la bacteria ya cultivada”.

Subraya la especialista que seis de los siete aislamientos procesados hasta el momento “corresponden al tipo emm1-secuenciotipo 28. ¿Por qué es importante esta información específica? Porque sabemos que con este secuenciotipo ha estado circulando en nuestra población durante 2017 y el inicio de 2018, lo que garantiza que la mayoría de la población tiene inmunidad protectiva”.

Son más de las siete de la tarde y en el laboratorio -donde un cartel advierte “Peligro biológico”- siguen trabajando agentes de bioseguridad, que operan un termociclador que sirve para amplificar fragmentos de ADN (el del genoma de la bacteria), y están quienes preparan la mezcla de los reactivos necesarios para realizar la mencionada amplificación.

Sábados y domingos hay un servicio de recepción de muestras para estudiar y trabajar, a fin de poder determinar la presencia de algún otro cambio genético que sea relevante.

Prestigio y Excelencia. La interventora del Malbrán busca transmitir tranquilidad apoyándose en la historia y trayectoria de un establecimiento centenario. Foto: Emmanuel Fernandez.

Pero no todo se circunscribe a la estreptococo. Aquí también se trabaja para contrarrestar el sarampión, la influenza, la fiebre amarilla “y seguramente, con el devenir del verano estaremos muy ocupados con el dengue. Nuestra función es vigilar y monitorear todo el tiempo. De alguna manera, somos cazadores de bacterias.

No hay tiempo para más. La doctora se despide y refuerza la necesidad urgente de llevar tranquilidad a casa a partir de la mesura a la hora de informar. Parte de esa tranquilidad la explicita en “el prestigio, la excelencia y el compromiso de un lugar como el Malbrán, de donde han surgido notables Premios Nobel".

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