El miércoles 2, el juez federal de Morón Jorge Rodríguez dictó el procesamiento de Daniel López, el conductor del tren Chapa 1 que produjo el accidente de Castelar que provocó tres muertes. Para hacerlo se basó en la pericia, que fue contundente: según ese informe técnico, los frenos del tren funcionaban sin problemas y fue el maquinista quien no los accionó como correspondía.

Daniel López había declarado en la causa que los frenos no habían funcionado, ni el principal ni el de emergencia. Pero los peritos aseguraron que los frenos andaban, como también las tres señales que ordenaban detener la formación y que el conductor no respetó. Por eso el juez Rodríguez entendió que “como consecuencia directa de su accionar desidioso se produjo el fallecimiento de tres personas y lesiones en muchas otras.

En tanto, el juez sobreseyó al maquinista del tren que fue chocado, al técnico que habilitó que el Chapa 1 circulara ese día, y al ingeniero que había supervisado las reparaciones que le habían hecho a ese tren meses antes.

Como sólo López está procesado, los familiares de las víctimas esperan que el juicio oral comience en breve, incluso antes de fin de año. Distinta es la situación en la investigación por Once: si bien la causa también está al borde del juicio oral, el proceso podría ser más engorroso.

Por un lado, está procesado Marcos Córdoba, el motorman, a quien se acusa de haber llevado el tren demasiado rápido, de haber bloqueado el freno de “hombre vivo” y porque no está claro si accionó a tiempo los otros frenos. Por otra parte están procesados Jaime, Schiavi, el ex subsecretario de Transporte Ferroviario Antonio Luna (un hombre del gremio La Fraternidad), otros funcionarios y varios ex directivos de la concesionaria TBA más sus propietarios, los hermanos Claudio y Mario Cirigliano. Se los acusa de administración fraudulenta en perjuicio del Estado y de estrago culposo por descarrilamiento.