Después de la gran crecida del río Iguazú, que recientemente registró un caudal de agua histórico en las Cataratas, ahora los saltos tienen la imagen del otro extremo: el agua que caía de las Cataratas en la jornada de ayer era de alrededor de 370 centímetros cúbicos, cuando lo normal es de 1.500.

Solo unos hilos de agua caen por los 275 saltos del área, donde se pueden observar las paredes de piedras, el verde de los musgos de fondo y los vencejos que sobrevuelan sin poder esconderse detrás de las cascadas.

Desde el domingo 10 de agosto el caudal normal venía decayendo hasta llegar a casi una cuarta parte del agua que normalmente cae de los saltos. Estos registros se pueden confirmar desde el control hidrológico que permite ver desde la web la represa Caxias, ubicada sobre el río Iguazú en Brasil, la más cercana al Parque Nacional Iguazú.

Este fenómeno, que permite que el comportamiento del agua sea tan extremo en cuestión de pocos meses, se debe a varios factores además de la falta de lluvias. Los trabajadores del área Cataratas comentan que “ya estamos acostumbrados a que, con la cantidad de represas sobre el río en Brasil, ellos manejan el caudal de agua. Los lunes es sabido que hay poca agua”.

Las precipitaciones son nulas por el momento en el sur de Brasil y, por lo tanto, las represas almacenan el agua para que las turbinas sigan trabajando.

Pero esta vez la baja no fue solamente en el primer día de la semana: ayer el caudal no llegaba a 400 metros cúbicos por segundo.

Un buen momento para que la empresa concesionaria avance en la reparación de las pasarelas del circuito superior y de Garganta del Diablo, hasta el momento inhabilitadas, ya que, luego de la crecida que llegó a los 42 mil centímetros cúbicos, se perdió parte de las mismas.