El caso Petrobras, una “bomba de tiempo” para el nuevo gobierno

El caso Petrobras, una “bomba de tiempo” para el nuevo gobierno

Brasil. Varios ministros de Temer están siendo investigados por el escándalo de corrupción en la petrolera estatal.

Por Eleonora Gosman

No es sólo el senador Romero Jucá, quien duró apenas 12 días como ministro de Planificación, el político comprometido con el proceso de investigación de coimas en Petrobras. Presidente del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), debió renunciar después de que trascendieran sus conversaciones con el ex titular de Transpetro, Sergio Machado. Fue a partir de este primer escándalo de la administración transitoria de Michel Temer que los medios brasileños recordaron, con todo detalle, los otros hombres del poder que están en la mira de la justicia.

Entre ellos figuran: Bruno Araújo, jefe de la cartera de Ciudades; Raúl Jungmann, de Defensa; José Serra, de Relaciones Exteriores; José Mendonça Filho, de Educación; Ricardo Barros de Salud; Henrique Eduardo Alves de Turismo; Geddel Vieira Lima, jefe de la Secretaría de Gobierno; Eliseu Padilha, ministro jefe de gabinete. Todos ellos figuran en las listas de políticos que recibieron donaciones de la empresa constructora Odebrecht, cuyo Ceo está preso desde junio del año pasado por sus vinculaciones con los sobornos a políticos, en el caso de licitaciones en Petrobras. Esta es ni más ni menos que la espada de Damocles, que pende sobre la cabeza del Ejecutivo provisorio, comandado por Temer.

El funcionario que se hizo cargo de Turismo, Alves, volvió a esa cartera luego de haber quedado dos meses afuera del gobierno. Había sido funcionario de Dilma Rousseff por esos acuerdos, que a la distancia se ven como nefastos, entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el PMDB. El nuevamente nombrado ministro, esta vez por el interino Temer, llegó en su momento a ser buscado por la Policía Federal. Otros políticos están, o estuvieron, en la misma situación. Uno de ellos es Jucá, quien debió abandonar el gobierno de inmediato, luego de que fuera revelado el contenido de unas grabaciones secretas, donde el hombre reveló la trama que condujo a la “destitución” temporaria de la jefa de Estado. Dijo que ella ya “no puede controlar” las consecuencias del proceso del Lava Jato (del juez Sergio Moro) y que esta investigación terminará por involucrar a “todos”.

Tanto Eliseu Padilha como Geddel Vieira Lima, los dos hombres del riñón de Temer que tornaron posible el desplazamiento de Rousseff, fueron también ministros de Dilma. Y como tales figuran en la lista que está en manos de la Procuración General, para ser investigados por sus vínculos con el caso de Petrobras.

El ministro Araújo figura entre aquellos que recibieron donaciones de Odebrecht; y el ministro Barros está investigado por la policía debido a supuestos fraudes en distintas licitaciones. Padilha fue denunciado por el ex senador Delcidio de Amaral, por su participación también en las coimas de la petrolera estatal.

La prensa brasileña afirma que esta es la “bomba de tiempo” colocada en las manos del presidente interino Temer. Para los medios locales, y muchos extranjeros, el jefe de Estado provisorio carece de tiempo para “enmendar” los errores de haber incluido en su gabinete, y en puestos claves, a personalidades políticos con oscuros pasados.

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