Hoy en día, cuando las viviendas de cemento monopolizan el paisaje urbano, suena extraño pensar en construcciones con tierra cruda, sin remitirlas a un pasado lejano, casi inmemorial.

Sin embargo, desde hace varios años, un movimiento a nivel mundial lucha por la recuperación de esta técnica ancestral que poco a poco gana más y más adeptos y consigue marcos legales en las ciudades para sostenerse como una alternativa de construcción ecológica.

En Olavarría un grupo de permacultura pudo colocar el tema en la agenda pública y logró que el Concejo Deliberante sancionara el último jueves una ordenanza que autoriza y fomenta "la construcción con tierra cruda y otros materiales naturales" en forma que no "contravengan las reglamentaciones urbanísticas y edilicias vigentes".

Tras la aprobación de la norma, uno de sus integrantes, Luciano Di Sábato, dialogó con Infoeme y valoró el marco regulatorio sancionado para el desarrollo de la bio- construcción: "Nos sentimos contentos porque esto va a ser una nueva herramienta para quienes puedan tener una vivienda y para quien no pueda porque la bioconstrucción, que se trabajaba en forma asociativa, puede ser accesible para todo el mundo. Quien pueda pagar va a pagar como si fuera una obra normal pero va a respetar el medio ambiente. Y si no puede pagar se busca la ayuda confederativa o con gente amiga porque mientras uno sepa técnicamente como se trabaja y con la ayuda de los vecinos, se puede hacer una casa" sostuvo.

Respecto al método de construcción señaló que son "técnicas ancestrales pero también con nuevas técnicas para mejorar lo que ya estaba pero básicamente es el adobe antiguo" y además hizo hincapié en la posibilidad de "reutilizar madera, pallets, usar paja vizcachera para darle más fuerza a la tierra y darle una fibra y hacer una estructura" sostuvo.