La diputada y excandidata presidencial acompañó la renovación de las autoridades partidarias. Se sentó como una más y aplaudió a la nueva conducción.
La noticia marca un quiebre en la relación entre la diputada y su propio partido, quienes desde el fracaso electoral de 2011 venían caminando rumbos distintos.
Un día después de obtener el 1,8 por ciento de los votos, Carrió anunciaba que pasaría a formar parte de “la resistencia” al gobierno de Cristina Kirchner. Esto significó, además, un distanciamiento del resto de las fuerzas de la oposición, lo contrario a lo que intentó la conducción de la CC-ARI.
Ayer el partido eligió a la nueva conducción, que seguirá liderada por el santafesino Pablo Javkin, y votó un documento en el que se fijó el rumbo a seguir de cara a las elecciones de 2013. Esto es: dejar librada a la situación de cada distrito la posibilidad de entablar alianzas con las fuerzas afines. En muchos lugares eso está avanzado, como Buenos Aires (acercamiento con el FAP y tal vez los radicales) o Santa Fe (se mantiene en el Frente Progresista).
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