Jorge Macri, actual intendente de Vicente López, resonó en los últimos meses como un posible candidato de Cambiemos para la provincia de Buenos Aires, en donde se librará la elección más complicada para el oficialismo, teniendo en cuenta que es el territorio más poblado del país y que, por tanto, será un termómetro de la aprobación o el rechazo que haya cosechado el gobierno.

Jorge, primo de Mauricio, mide bien en su distrito y en los alrededores y además acarrea el apellido del presidente, lo cual aumenta su nivel de conocimiento al menos por rápida asociación. Pero sabe que su definición no será fácil. La UCR querrá jugar con un candidato, ya que el espacio gobernante es mayoritariamente del Pro, partido que ocupa los lugares clave. La Coalición Cívica, por su parte, intentará candidatear a “Lilita” Carrió, quien se convirtió en un dolor de cabeza para el Pro. Por eso, ni lerdo ni perezoso, Jorge Macri intenta darse a conocer en los medios y deslizar la posibilidad de que esté en una lista. En una entrevista con La Nación, aseguró que no tendría problema en ser candidato a senador si Vidal y Macri se lo pidieran, y dijo estar seguro de que son ellos quienes conducen Cambiemos, por sus lugares de relevancia, y que serán quienes se pongan la campaña al hombro. Queda evidenciado el poder que sumó Vidal dentro de una estructura nacional. Por proyección, hoy la gobernadora puede que sea, incluso, más importante que el presidente.

STOLBIZER, POR PROGRESISTAS

Margarita Stolbizer conduce el GEN, dentro del Frente Progresista, un espacio que no es ni tan masivo en cuanto a integrantes ni tampoco en cantidad de votos que lo respaldan. Sin embargo, Stolbizer logró repercusión en el 2016 por el rol que ocupó, similar al de Carrió, ya que comenzó a oficiar de “denunciadora”.

La actual diputada nacional trabajó durante todo el año pasado en sintonía con Sergio Massa, lo cual dio a pensar que podían unir sus fuerzas en las elecciones de este año. Pero Stolbizer también está tironeada por el oficialismo, para quienes resulta más una aliada que una opositora. Pero Margarita saldó la discusión en recientes declaraciones a la prensa, al expresar que su candidatura a senadora nacional sería por el GEN, aunque podía existir una alianza con otro partido. Y es que una candidatura por el FR haría ruido tanto en sus propias filas como en las del tigrense. De todas maneras, Margarita no le cerró la puerta a la posibilidad de jugar con Sergio Massa sino al contrario: expresó que “es posible que haya decidido jugar la carrera por el poder con Massa”. Es decir, ella jugaría dentro del Frente Renovador una interna con una lista propia.

La sintonía entre Massa y Stolbizer quedó evidenciada en su trabajo legislativo en conjunto. El último pedido que hicieron mancomunadamente fue hacia el presidente, a quien le exigieron que convoque a sesión extraordinaria en febrero para discutir una política de estado sobre el régimen de responsabilidad penal juvenil.

MASSA, LA FIGURA FUNDAMENTAL

Sergio Massa osciló durante todo el 2016 entre la oposición y el amiguismo con respecto al macrismo. Los tiempos políticos hicieron que se convirtiera en una pieza clave de la política nacional, incluso con posibilidad de liderar el peronismo si efectivamente saltara a la vereda opositora.

Massa quiere esperar. Sabe que su gran jugada, si todo se mantiene así, será en 2019. Sabe, también, que muchos de los que integran su espacio (industriales, sindicatos, entre otros) no se quedarán de brazos cruzados mientras Macri hace y deshace, pero si logra contentar a todos los integrantes del FR puede seguir pensando en la presidencia. Por eso, además de encargarse de la política doméstica, el tigrense mira el mapa internacional y aprovecha las oportunidades.

El triunfo de Donald Trump descolocó a muchos, incluido al propio gobierno argentino. Días antes de los comicios estadounidenses, la canciller Malcorra expresó que sería conveniente que ganara Hillary Clinton, un gran error diplomático. Más allá de eso, el oficialismo había tomado decisiones políticas pensando en cierta orientación norteamericana que, con el triunfo del republicano, cambia completamente. Ante ese esquema, Massa mostró tener un as bajo la manga: su relación con el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, quien ahora será el jefe de asesores para la seguridad y la inteligencia de Trump. Massa lo conoció en el 2013, cuando le pidió asesoramiento en su línea sobre seguridad, eje que manejó muy bien en términos electorales. Giuliani lo invitó a la asunción, y si bien Martín Lousteau ofició de representación del gobierno argentino, Massa eclipsó al embajador.

MALENA

Mientras se prepara para pelear la presidencia dentro de tres años, Sergio Massa piensa en su mujer, Malena Galmarini, como posible candidata. Malena, quien participa en política desde su adolescencia, ha levantado el perfil en los últimos meses gracias al proyecto de paridad de género en las listas. Si bien no se ha hecho ninguna declaración oficial, se rumorea que podría ser candidata e incluso puede especularse con las pintadas y carteles que rezan “Massa” en las rutas que unen las localidades turísticas de la Costa Atlántica con otras localidades bonaerenses; el apellido Massa no hace referencia sólo a Sergio.

Mientras fortalece su perfil presidenciable, a Sergio Massa le conviene encontrar una persona de confianza y de su núcleo íntimo para poner en representación suya, sobre todo para no generar suspicacias entre los distintos espacios del FR, que chocan tanto por las medidas económicas como por Milagro Sala. La elección del candidato deberá ser cuidadosa y contener a todos.