En medio de la crisis, la sucursal de 12 y 57 de Carrefour sorprendió a sus clientes con una insólita medida: algunos de sus productos fueron blindados con un plástico que contiene un sensor de alarma. El hecho llamó la atención de las personas que circulaban por los pasillos del local de la firma francesa y no dudaron en registrarlo.

Ante la descontrolada suba de los precios, Carrefour tomó la drástica decisión de ejercer mayores controles sobre algunos productos, como el queso de rallar y el atún.

Es que, según pueden verse en las góndolas, algunos productos alcanzaron precios que superan, por mucho, los cien pesos por unidad y, preocupadas por las pérdidas que pueden ocasionar los hurtos, las autoridades del hipermercado decidieron implementar nuevos controles para combatir el delito.

Los clientes manifestaron su descontento con esta política a la que consideraron "excesiva". Lo cierto es que tal parece que el nuevo "blindaje" llegó para quedarse y habrá que comenzar a acostumbrase a llegar a las góndolas para liberar los paquetes.

El refuerzo llega también en medio de los exitosos supermiércoles de descuentos, donde la mayoría de los supermercados se ven repletos de clientes que buscan aprovechar los descuentos ofrecidos por el Banco Provincia y se vuelven un lugar más propicio para los pequeños atracos.