De cara a las elecciones, el gobierno bonaerense deja de lado la gestión y piensa en la política

De cara a las elecciones, el gobierno bonaerense deja de lado la gestión y piensa en la política

A pesar de los nuevos intentos de esta semana de minimizar el impacto que podría causar una derrota electoral en el oficialismo, el equipo de María Eugenia Vidal sigue de cerca la evolución de la intención de voto de los potenciales candidatos de Cambiemos y sobre todo la imagen positiva de la gobernadora, principal capital político que se pondrá en juego en las elecciones de este año.

 

Por eso, con la certeza de que el repunte económico no llegará antes de las PASO, la mandataria bonaerense ha decidido apostar a la política y a los dirigentes "puros" del oficialismo, en desmedro de la "pata peronista", que comenzó a fracasar la semana pasada con la salida de Francisco Echarren de la Subsecretaría de Tierras y las críticas de Mario Ishii por la falta de acompañamiento de la administración bonaerense.

El conflicto docente es sin dudas un punto central en la provincia a pesar de lo cual el oficialismo ha decidido prescindir de una solución y profundizar la disputa en el terreno político-partidario con los dirigentes gremiales docentes.

¿Qué digan si son kirchneristas o no? Repiten en el gobierno, clausurando cualquier discusión que pretenda centrarse en el verdadero problema que son los salarios de los maestros.

Algo similar ocurre con el resto de los sectores en lucha de la provincia, por ejemplo, los médicos que esta semana cumplieron otras dos jornadas de paro en los hospitales públicos, medida de fuerza que desde Cambiemos han preferido ignorar, enfocándose en las bondades del SAME que comenzó a trabajar de manera completa esta semana.

Es como si Vidal pretendiera embestir contra docentes, médicos y judiciales al frente de una ambulancia, una estrategia que políticamente puede generarle un rédito importante si como dicen en el gobierno la imagen de los referentes gremiales de esos sectores esta desprestigiada, pero que podría resultar un boomerang si hay un error de cálculo en ese sentido.

El interior también existe

Esta semana los movimientos internos del oficialismo pusieron en evidencia que Vidal está decidida a eliminar la influencia de Emilio Monzó en el armado bonaerense, para lo cual decidió ratificar y fortalecer a los dirigentes que en la provincia nacieron de su riñón.

La jugada se hizo palpable tras la interpelación al intendente de Olavarría Ezequiel Galli, que logró sortear la tormenta tras el caótico recital del Indio Solari en su distrito, pero a costa de perder el liderazgo en la sección a manos del titular de la Cámara de Diputados de la provincia Manuel Mosca, que en los días previos brindó su apoyo al jefe comunal, luego de que el ministro de Seguridad Cristian Ritondo, lo responsabilizara por la tragedia.

Esta especie de juego de "policía bueno y policía malo", tenía un único objetivo que se cumplió cuando Galli intentó cargar responsabilidades sobre el gobierno bonaerense, lo que será utilizado como argumento para demostrar que Monzó representa un obstáculo de cara a las elecciones de medio término porque sus referentes no tienen problema en avanzar contra la administración central.

En ese marco, el titular de la Cartera de Seguridad recuperó parte del apoyo perdido luego de varios traspiés durante los últimos meses del año pasado, y ahora de nuevo esta en la primera línea de defensa de Vidal, aunque todavía por fuera de la mesa chica de la gobernadora.

Fuentes ministeriales admiten que han bajado las exigencias de objetivos a cumplir para el funcionario, con la intención de descomprimir la tensión y favorecer un mejor trabajo político de Ritondo en los distritos de la provincia.

El peronismo tiene hipótesis ganadoras

Alguna vez el empresario golpeador de periodistas Francisco De Narváez dijo: “¿Y si te ganan en primera vuelta?”, ante la consulta de las dificultades que podía tener el kirchnerismo para sortear las elecciones presidenciales y para dar cuenta de la capacidad de reconversión permanente del peronismo.

Un año después Cristina Fernández de Kirchner ganaba las elecciones con el 54 por ciento de los votos y demostraba que en política hay que estar preparado para recibir sorpresas todo el tiempo.

Por eso, el rumor fuertemente instalado en segundas líneas de diversos espacios del peronismo bonaerense, no hace más que ratificar esa hipótesis y reforzar la idea de que la política es también el arte de lo posible.

Se trata de la posibilidad de que finalmente no se dispute una interna y de que todos los candidatos encuentren su lugar en las listas legislativas, movilizados además por la polarización que el gobierno central elige hacer con todos los referentes del FPV.

“¿Y si encabeza CFK la lista de candidato a senadores, Daniel Scioli va de segundo y Florencio Randazzo es el primer candidato a diputado nacional?”, dijeron esta semana los operadores políticos del kirchnerismo, casi parafraseando a De Narváez.

En los números esa combinatoria sería imbatible, pero, además resolvería la tensión generada en varios distritos en los que la ex mandataria mide más de 30 puntos y los intendentes tienen terror de perder el control de los Concejos Deliberantes por jugar en otro espacio, aun dentro del peronismo.

El pedido a CFK para allanar el camino a un acuerdo de esa naturaleza sería que   comparta la lapicera en las 8 secciones de la provincia, algo que realmente parece poco probable a pesar del entusiasmo que mostraron distintos operadores con esa posibilidad durante esta semana.

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