Las modificaciones introducidas por el actual senador nacional Oscar Castillo al contrato de concesión del Casino que privatizó su padre Arnoldo, hizo inexistente el poder de policía del Estado en materia de juego, y sólo asignó a la Caja de Prestaciones Sociales de Catamarca (Capresca) una función marginal y sin posibilidades de acceder, por ejemplo, a la información sobre la recaudación real.

Así lo confirmó el administrador de la entidad, Hugo Mercado, quien mencionó que el contrato vigente -reformado por Castillo antes de dejar la Casa de Gobierno- designa a Capresca como “autoridad de aplicación”, aunque en la práctica su trabajo se limita “al conteo mensual de las unidades físicas (máquinas tragamonedas)” en el Casino, ya que el canon mensual se ha fijado en función a esa cantidad “con prescindencia de la recaudación de cada una de ellas”.

De esta manera, los concesionarios no están obligados a informar la recaudación, además de incumplir con el contrato que los obliga a garantizar la explotación de los juegos detallados en el mismo. Así se optan por las modalidades electrónicas en detrimento de las tradicionales, convirtiéndose “en una sala de juego más que en un casino”, según evaluó.

“Ellos no están obligados a informar la recaudación, es decir no importa los ingresos que tengan por los juegos ya que el canon se aumenta sólo si aumenta el número de maquinas”, puntualizó el funcionario provincial.

En ese sentido, Mercado sostuvo que el pago del canon se fijó sobre una “recaudación presunta por máquina. Por supuesto que esa estimación, que data del año 2003, ha quedado desactualizada con los niveles de recaudación actuales”. Y agregó: “Como el canon es fijo hasta cierta cantidad de maquinas, nuestra tarea es controlar cuántas de ellas están operando en base a lo cual se liquida el canon mensual. Es decir, la recaudación no es una variable para la liquidación”.

Incumplimiento

Por otra parte, Mercado manifestó que hay ciertos juegos concesionados que el casino no está cumpliendo con su explotación. “Algunos nunca lo hicieron o fueron en forma discontinua”, puntualizó.

Puntualmente, se refirió al Bingo de Sala que es el único juego que tiene establecido el pago del porcentaje con el canon pero que nunca se abrió creando “un perjuicio real para la provincia porque dejó de percibir ingresos genuinos”.

Asimismo sostuvo que “la concesión del casino se ha transformado en la explotación de una sala de juegos, es decir aumentó la cantidad de juegos electrónicos en detrimento de aquellos convencionales”.

Para el administrador de Capresca, el Casino “al pasar a ser una sala de juego les implica que no necesitan mucho personal, evitando así tomar más empleados”.