El capítulo más duro de las paritarias

El capítulo más duro de las paritarias

Los dos sectores tienen en común que están compuestos por empresas homogéneamente fuertes y con alto nivel de rentabilidad. En ambos, los gremios demandan aumentos salariales superiores al 30 por ciento. Hoy seguirán las negociaciones.

 

El capítulo de las paritarias más empantanadas, bancarios y aceiteros, continuó ayer con reuniones que incluyeron al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y a su par de Economía, Axel Kicillof. El panorama en el sector bancario, tras 48 horas de paro, parece estar más despejado y se espera que en estos días haya una contraoferta sindical para acordar una suba salarial cercana al 30 por ciento. Cumplida la medida de fuerza, el gremio amenazó con nuevas medidas si no se cierra la negociación. En aceiteros la reunión patinó de nuevo y la medida de fuerza que afecta a la exportación y la comercialización en el sector va a continuar.

La situación de bancarios y aceiteros guarda cierta relación, en la medida en que se trata de sectores en los que las empresas son relativamente homogéneas (mucho más que en otros rubros, como por ejemplo la metalmecánica o el comercio) y esas firmas registraron ganancias por encima del promedio de la economía. Además, ambos gremios tienen fuerte organización y poder de fuego con las medidas de fuerza, como se verificó en los últimos días. Un elemento de tensión adicional es la intención del Estado de moderar las subas acordadas para no elevar las expectativas de inflación. Ese objetivo fue alcanzado en las paritarias de Comercio, Construcción, UPCN y la UOM, con acuerdos del 27-28 por ciento, aunque en varios casos con beneficios adicionales que elevan el porcentaje final.

Ayer, Tomada junto a Kicillof, en la sede de la cartera económica, recibió a los representantes sindicales y patronales del sector financiero y al gremio de aceiteros con la idea de destrabar los conflictos. Economía informó que “fueron escuchadas las posiciones” y que el ministro “explicó la lógica de las necesidades de cada sector”.

En el sector bancario, ayer se completaron las 48 horas de protesta con cese de actividades. La última oferta formal de las cámaras que nuclean a las entidades financieras llegó hasta el 27 por ciento, un alza de 3 puntos frente al escenario de partida. Sin embargo, la cifra es insuficiente para el gremio, cuyo reclamo era de una mejora bastante superior al 30 por ciento y, además, una compensación para los trabajadores que son alcanzados por el Impuesto a las Ganancias. “Nos reunimos con los ministros Tomada y Kicillof y acordamos presentar una propuesta para alcanzar un aumento salarial del 30 por ciento y un alivio en el pago del Impuesto a las Ganancias”, dijo el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, a la salida de la reunión.

La idea es que la contraoferta del gremio del 30 por ciento acerque el cierre de la negociación. Tras el cumplimiento de las dos jornadas de cese de tareas, martes y miércoles, Palazzo advirtió que volverán a aplicar medidas de fuerza si no hay acuerdo. Hoy habrá un nuevo encuentro entre las partes tratando de buscarle una salida al conflicto.

En el caso de aceiteros, la disputa también sigue abierta, pero con menos perspectivas de acercamiento de las partes. De hecho, continúa el paro que ya acumula tres semanas de freno a la exportación a través de los puertos de Rosario y la comercialización en el mercado interno. “Los trabajadores decidieron seguir en paro”, advirtió ayer Daniel Yofra, secretario general de la Federación de Aceiteros. “Avanzamos en el sentido de explicarle al ministro cuál era nuestra posición, que no es un capricho ni se trata de una cuestión electoral. Queremos llegar a un acuerdo, que los trabajadores se sientan satisfechos”, agregó el sindicalista.

Las patronales del sector aceitero aseguran que hay un principio de acuerdo en la suba del salario mínimo en un 27,8 por ciento, aunque hay toda una serie de planteos en los que no hay consenso. Uno de los puntos es el de los adicionales, que pueden elevar la cifra de aumento porcentual. En el gremio, en tanto, sostienen su reclamo por una suba general del 36 por ciento. Otro eje de la discusión es la remuneración por los días de paro. Las empresas pretenden descontar esas jornadas, mientras que el gremio se niega a firmar un acuerdo bajo esa condición. Por otro lado, las aceiteras se niegan a negociar si no se levanta la medida de fuerza, que afecta la exportación y por lo tanto la liquidación de divisas. Y también el fraccionamiento para el mercado interno, con el riesgo de desabastecimiento en las góndolas. Al igual que bancarios, también hoy seguirán las reuniones.

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