Capitanich convocó a “ir juntos por la segunda independencia”

En un domo del Centenario colmado de simpatizantes justicialistas, el intendente de Resistencia Jorge Capitanich presidió un acto con la consigna “El trabajo es un derecho - Renovar el compromiso hacia una nueva independencia”, en el que con numerosos ejemplos y anécdotas hizo un recorrido por los últimos dos siglos de la historia nacional, reivindicó el modelo de desarrollo implementado en la última década, e hizo un análisis de la situación político-económica actual en el país y en el mundo, para concluir llamando a todos sus partidarios “ir juntos por una segunda independencia”.

El intendente resistenciano pronunció un exaltado discurso pleno de reivindicaciones nacionalistas. Dijo que la Argentina “no aceptará ceder soberanía”, en referencia a la necesidad de “defender nuestros recursos naturales”, como el agua, los minerales o la pesca del mar argentino, ante la amenaza de “las políticas neoliberales”, o de “potencias extranjeras que se camuflan de ong” (organizaciones no gubernamentales).

Con su habitual exuberancia estadística, recordó que nuestro país es “la segunda reserva de shale gas del mundo”, la “quinta productora y exportadora de alimentos”, la “principal reserva, junto a Chile y Perú, de cobre” en el planeta. En ese panorama, denunció a EEUU como una potencia imperial que “sojuzga al que se le opone”, y en ese marco los justicialistas “somos la reserva moral de la Argentina” para hacer “la grandeza de la patria y la felicidad de nuestro pueblo”.

Capitanich desplegó un programa que llamó a “defender a los productores nacionales para que las multinacionales no se lleven las ganancias”, propuso “una organización de productores de energía en Sudamérica”, una “alianza subcontinental de protección ambiental”, para cuidar de “nuestros minerales, nuestros alimentos, porque se trata del pan de nuestros hijos”.

“Este mundo no da para más”, sentenció en referencia a la crisis económico-financiera mundial, recordó que “las 62 personas más ricas del planeta tienen los mismos bienes que los 3500 millones más pobres”, y dijo que nuestro país debe ser promotor de “una organización justa y equitativa” entre las naciones, donde se preserve “la opción preferencial por los pobres”.

Se dirigió a los jóvenes, a los que “los medios concentrados les hacen creer que todo es un lodazal, que la corrupción corroe todo”, les aseguró que “el idealismo y los proyectos políticos no se hunden por las actitudes individuales de algunos”, y les pidió que “no nos metan a todos en la misma bolsa, porque hay quienes ponemos honestidad, trabajo y honradez al servicio de la patria”.

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