El canciller de Temer, salpicado por la corrupción en Petrobras

El canciller de Temer, salpicado por la corrupción en Petrobras

Marcelo Odebrecht, en prisión desde hace más de un año, dijo que su empresa pagó 11,5 millones de dólares a la campaña presidencial de José Serra, en 2010.

 

 

No fue un fin de semana feliz para el presidente interino Michel Temer: primero, los abucheos en el Maracaná, en la bellísima fiesta del viernes de apertura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Y entre sábado y domingo la decisión de los ejecutivos de la firma Odebrecht de abrir el grifo, con las delaciones más temidas. Su Ceo, Marcelo Odebrecht, en prisión desde hace más de un año, puso en jaque a unos de los ministros: José Serra, actual canciller.

De acuerdo con el relato de Marcelo, su empresa pagó 11,5 millones de dólares a la campaña de Serra en 2010, cuando fue candidato presidencial y perdió frente a Dilma Rousseff. Parte de los fondos fue en dinero y parte se distribuyó en cuentas en el exterior. El ejecutivo brasileño indicó que tienen los extractos bancarios para probar la transferencia ilícita.

La constructora comandaba un club que sobrefacturaba las obras realizadas para Petrobras y, con el excedente, sobornaban directivos de la estatal, partidos políticos y dirigentes, al tiempo que “abastecía” en forma fluida las finanzas de las campañas electorales. La delación fue publicada en la primera plana del diario Folha de Sao Paulo de este domingo.

Lo notable es que la revista Veja –que mostraba simpatía por el gobierno Temer– también se hizo eco de las revelaciones de los líderes del holding Odebrecht. En su edición del sábado, la publicación sostuvo que había accedido al texto de la delación y que en ella constaba que en mayo de 2014 “hubo una cena en el Palacio de Jaburu donde participaron Michel Temer (por entonces vicepresidente) y Eliseu Padilha, quien se desempeña en la actualidad como ministro jefe de gabinete”.

Del otro lado de la mesa, estaba Marcelo, a quien Temer le pidió “apoyo financiero”. Desde luego, Odebrecht se comprometió a proveer recursos para el PMDB, la agrupación del actual jefe del Palacio del Planalto. Y según el Ceo, los recursos ascendieron a 5 millones de dólares y provinieron de la llamada “caja paralela” de donde salían los dineros de Petrobras, recogidos por sobrefacturación para coimear políticos.

El ex presidente José Sarney, uno de los grandes caudillos del PMDB, dijo hace un tiempo que la delación de Marcelo “es una ametralladora punto 100”. Pero ahora, en los entornos de ese partido que hoy está temporalmente en el gobierno, se dice que “es una bomba de un megatón, que extermina todo donde cae”.

Más de 50 políticos, además de ex ejecutivos de Petrobras y de contratistas privadas de la petrolera, están investigados por el desvío de al menos 2.000 millones de dólares descubierto en la poderosa petrolera estatal.

El hongo nuclear del artefacto alcanza a Serra, quien desde su puesto de canciller se había convertido en una importante figura del gobierno interino. Es el ala del Partido Socialdemócrata (PSDB) que, al aliarse a Temer, pasó de opositor (contra Dilma) a oficialista. Su dirigente “de honra”, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, ha mantenido un cuidadoso silencio hasta ahora.

El ministro Serra mantuvo, el viernes pasado, un encuentro con el secretario de Estado John Kerry, quien vino a Brasil para disfrutar de la apertura de los Juegos Olímpicos de Río 2016. La cita se hizo en la capital carioca, cuando eran recibidos jefes de Estado, reyes, príncipes y primeros ministro.

De allí salieron todos en caravana rumbo al Maracaná. Esa “recepción” fue en verdad una exigencia del Comité Olímpico Internacional. No deja de ser un dato que después de la cita, Kerry mencionó entre otros conceptos que Estados Unidos pretende profundizar la colaboración con Brasil en materia de corrupción. “Vamos a ayudar y unir intereses para que otros países puedan seguir esa conducta”.

Las radiaciones de las denuncias de Odebrecht llegaron también el presidente de la Federación de Industrias de San Pablo (FIESP), Paulo Skaf. Y no solo afectaron su figura sino también la imagen de la propia entidad patronal, la de mayor poder en Brasil.

Desde luego, como han hecho todos los políticos involucrados en estos casos de corrupción, cada uno se ocupó de desmentir que los recursos transferidos a sus cuentas fueran ilícitos.

De tal suerte, los asesores de prensa de Temer confirmaron que sí hubo una cena con Marcelo Odebrecht en 2014. Y también que allí abordaron el auxilio financiero a las campañas del PMDB. “Pero todo fue de acuerdo con las leyes”.

El canciller Serra quiso también desvincularse de cualquier irregularidad. Y otro tanto ocurrió con el jefe de gabinete Eliseu Padilha, quien a través de un comunicado sintetizó: “Como Eliseu Padilha no fue candidato, no pidió ni recibió ayuda financiera de nadie”.

En cuanto a Paulo Skaf, quien se había presentado sin suerte como candidato al gobierno de San Pablo, declaró que sólo recibió unos 100.000 dólares (en la época) de la empresa Braskem, una petroquímica controlada por la empresa Odebrecht.

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