La caña da para todo: azúcar, bioetanol y ahora, electricidad

La caña da para todo: azúcar, bioetanol y ahora, electricidad

Jorge Rocchia Ferro, del grupo Los Balcanes, invertirá US$ 50 millones para entrar al negocio de la generación a partir de la biomasa de caña. Espera cubrir la mitad de la demanda eléctrica de su provincia.

Jorge Rocchia Ferro, un empresario que maneja tres ingenios azucareros de Tucumán, mandó un charter repleto de productores y funcionarios hacia Brasil para anunciar allí -en plena meca del negocio azucarero- que invertirá unos 50 millones de dólares para ingresar en el negocio de la generación de electricidad a partir de la biomasa de la caña. Espera en 2017 cubrir un 10% de las necesidades de energía de su provincia.

"Hicimos una presentación en Brasil para mostrar qué es lo que estamos haciendo, qué es lo que creemos que debe ser el norte de la industria azucarera. Nos fue bien, al punto que un grupo chino está interesado en invenrtir y ayudarnos en el crecimiento nuestro", resaltó en LV12.

"'Tucumán es azúcar, es nuestra marca registrada. Interviene la cogenernación, el alcohol, la levadura para alimento balanceado animal, una serie de otros factores que te permiten equilibrar la balanza en momentos de precios no buenos de algunos de tus productos", explicó.

La ciudad de Ribeirao Preto tiene el PBI per cápita más elevado de todo Brasil y está rodeada de cientos de miles de hectáreas de productivos cañaverales. Rocchia Ferro aprovechó que allí se realizaba la exposición más importante del negocio sucroalcoholero para contar sus nuevos planes, que no consisten en otra cosa que "copiar" el modelo vigente en el país vecino. Esto es, en pocas palabras, dejar de concebir a los ingenios como simples fábricas de azúcar para pasar a asignarles un papel multipropósito, que adiciona la producción de alcohol y la generación de electricidad. De esto los brasileños saben bastante: la caña y sus derivados cubren un 15% de su matriz energética.

"Esta apuesta es la única que puede hacer viable a la industria azucarera argentina", dice el empresario, que ya está en pleno proceso para equipar el ingenio La Florida con una serie de turbinas que permitirán reconvertir la vieja caldera a vapor (producto de la quema del bagazo, el principal residuo de la molienda de la caña) en una potente usina generadora de electricidad. Los Balcanes ya genera unos 16 Megavatios hora (MVh) que utiliza para su propio abastecimiento energético. Con las nuevas inversiones espera crecer hasta 56 MVh y así poder inyectar los 40 MVh adcionales a la red electrica nacional. Según Rocchia Ferro, la provincia de Tucumán consume unos 500 MVh.

En la Argentina son muy pocos los ingenios azucareros adaptados para vender la electricidad excedente que generan al mercado mayorista, diversificando sus fuentes de ingresos. Lo hace Tabacal, en el norte de Salta, con unos 30 MVh, y el tucumano Colombres, con 4 MVh. La apuesta de Los Balcanes duplicaría esa oferta y afianzará una tendencia clara. "El futuro del negocio es un combo. Para ser rentable lo que debe hacerse es aprovechar al máximo la biomasa", explica Rocchia Ferro. A partir del cultivo de la caña, la biomasa corresponde primero al jugo (del que se produce el azúcar y el alcohol), y luego al bagazo, el residuo de la molienda que aporta la energía. 

El empresario pretende jugar en todos esos frentes y cree que el resto de la industria azucarera seguirá muy pronto sus pasos, a punto tal que para el mediano plazo prevé que se podrían generar unos 1.000 MVh, una cifra equivalente a  todo el consumo eléctrico en las provincias del NOA. Tampoco descarta que puedan construirse nuevos ingenios azucareros en otras zonas, como Chaco, Santiago del Estero o Formosa, ya que la superficie implantada con caña debería crecer al menos un 25%, unas 130 mil hectáreas. "Realmente no veo otra salida económica y laboral para el norte que no pase por la industria azucarera", reflexiona Rocchia Ferro. Su ingenio La Florida genera 1.230 empleados directos, que se multiplican por diez veces en las actividades indirectas.

La salida hacia el negocio energético, según esta visión, provocará una nueva ola de inversiones tras la masiva irrupción de los ingenios en el negocio de la producción de bioetanol, el combustible verde con el que se corta (en una proporción del 12%) toda la nafta que se consume en el país. A diferencia de Brasil, la Argentina retomó esa senda en 2006, luego de haber discontinuado su viejo programa alcoholero en los años ochenta. 

Junto al maíz, el azúcar aporta actualmente unos 1.000 millones de litros de bioetanol, pero tampoco en este flanco "el loco" se muestra satisfecho. Rocchia Ferro quiere marchar más pronto que tarde hacia el E25 (etanol al 25% de corte) que podría ser utilizado en los vehículos con motores "flex" tan difundidos en Brasil, y que la Argentina también produce para dicho mercado. Esta decisión podría incrementar el 1.400 millones de litros la demanda de bioteanol. Pensando en que el Estado homologue esos motores, Los Balcanes ya tiene 7 u 8 de esos vehículos especiales que trabajan como taxis por las calles de Tucumán. 

 

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