Además de manejar la deficitaria Aerolíneas Argentinas y de intentar hacer pie en la empresa Aeropuertos Argentina 2000 de Eduardo Eurnekián, la organización de jóvenes kirchneristas controla de manera irregular el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna).

El titular de Aerolíneas, Mariano Recalde, logró quitarle a Julio De Vido el control del Orsna, que maneja entre 300 y 400 millones de pesos por año pese a contar con una plantilla de personal escasa, que integra entre otros Ricardo Barreiro, señalado como el jardinero de los Kirchner en El Calafate, que también tiene un cargo de coordinador de Relaciones Institucionales del Centro Experimental de Industrias Culturales Entrerrianas.

El presidente del Orsna es Gustavo Lipovich, un integrante de La Cámpora que cumple a rajatabla los preceptos de Recalde, y por ende de Cristina Kirchner.

No es casual que no habilite las obras para el aeropuerto internacional de Rosario por orden de Casa Rosada, ya que el gobierno de Santa Fe es opositor, y que a la vez la última gran obra que haya propiciado sea en el aeropuerto de Calafate, el lugar en el mundo de la presidenta.

Incompatibilidades

Antes de llegar al Orsna, Lipovich ya había incurrido en incompatibilidades. Al menos hasta septiembre del año pasado, Lipovich estaba anotado en la Afip en tres cargos.

Uno era el de “ayudante de primera simple” en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA por el que gana 1400 pesos, puesto que tiene una carga horaria de 4 horas por semana.

Con un cargo parcial como este, un funcionario puede tener otro cargo de tiempo completo. Pero así como un funcionario no puede tener dos cargos full time en simultáneo, tampoco puede tener un cargo de tiempo completo y dos de tiempo parcial.

La incompatibilidad es flagrante: los otros dos cargos que ocupaba Lipovich hasta septiembre del año pasado eran tanto en el directorio de Aerolíneas Argentinas como en el directorio de Aeropuertos Argentina 2000.

El propio Eduardo Eurnekian, dueño de Aeropuertos Argentina 2000 debió vender la compañía aérea Airg (ex Lapa) a la la empresa Aeroandina S.A, por la incompatibilidad de encabezar la empresa que construye aeropuertos al mismo tiempo de manejar una línea aérea.

Ahora, Lipovich ya no es más director de Aeropuertos. Aunque como presidente del Orsna, suma un cargo de tiempo completo. Y como director de Aerolíneas, otro full time. Aunque Lipovich ni siquiera va a Aerolíneas, que a pesar de ser una compañía del Estado con un déficit de 3 mil millones de dólares anuales, lo sigue teniendo como asesor.

Esto quiere decir que Lipovich miente en el currículum que figura en la web del Orsna: allí dice que trabajó como asesor de Aerolíneas desde mayo de 2011 a enero de 2012.

Pero Lipovich no cobra el sueldo sino que lo deriva a La Cámpora, repitiendo un mecanismo que es utilizado por la organización de jóvenes kirchneristas para hacer caja. Por las dudas, en la Afip está inscripto asesor empresarial con un salario menor a los 15 mil pesos.

Historial irregular

Lipovich es licenciado en geografía y llegó a Aerolíneas porque es amigo de Axel Kicillof y Eduardo “Wado” De Pedro.

De aspecto desaliñado, en su currículum destaca que tiene una “Alta Formación en el Desarrollo de Transportes Regionales Integrados” pero no aclara en qué institución académica.

A Lipovich no le alcanzó con trabajar un año como director de Aeropuertos Argentina 2000 y a la vez de director de Aerolíneas, sino que luego violó la ley de ética pública al saltar a la presidencia del Orsna.

El artículo 14 de esa ley establece que “Aquellos funcionarios que hayan tenido intervención decisoria en la planificación, desarrollo y concreción de privatizaciones o concesiones de empresas o servicios públicos, tendrán vedada su actuación en los entes o comisiones reguladoras de esas empresas o servicios, durante TRES (3) años inmediatamente posteriores a la última adjudicación en la que hayan participado”.

Por esta violación de la ley de ética pública, Aeropuertos Argentina 2000 presentó un recurso de alzada contra Lipovich.

El recurso lo presentó el estudio de abogados Bomchil. Este estudio es el principal litigante contra la Argentina en los juicios que compañías multinacionales entablaron contra el país en el Ciadi por miles de millones de dólares.

El Ciadi es el cuestionado tribunal arbitral del Banco Mundial a cuya jurisdicción se sometió el país en los 90 para atraer capitales internacionales a las privatizaciones, decisión que el kirchnerismo resignificó como una entrega de soberanía.

Como explicara LPO, Cristina Kirchner enfureció cuando se enteró de que Máximo Bomchil sería el reemplazante de Eduardo Gutiérrez, el ex presidente de Aeropuertos Argentina 2000 que había logrado forjar una sólida amistad con Néstor Kirchner. Por eso la presidenta decidió que el sucesor de Gutiérrez no debía ser Bomchil sino el ex canciller Rafael Bielsa.

La sucesión

Como director de Aeropuertos, donde cobraba unos 75 mil pesos por mes, Lipovich se oponía a todas las decisiones del directorio. Recién después de realizar observaciones a cada medida sugerida en el directorio lo consultaba a Recalde.

Su oposición a ciegas lo hizo votar en contra de la renuncia de Eduardo Gutiérrez, en marzo de este año, pese a que la había requerido la propia Cristina.

Lo que sí aprobó Lipovich cuando era director de Aeropuertos fue el balance de la empresa de 2011, por el que avaló las transferencias de AA2000 a otra empresa de Eurnekian. Por esas transferencias, Lipovich recibió un tirón de orejas de la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó Del Pont, y del titular del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega. A Recalde directamente lo retó Cristina.

Entonces, una vez que asumió como presidente del Orsna, sancionó a Aeropuertos justamente por ese pago que él mismo había aprobado como director de la empresa.

Pero pese a tener una denuncia de la empresa en su contra, Lipovich logró colar a su reemplazante en el directorio. Se trata de su ex secretario privado, Fernando Muriel, otro joven de La Cámpora que proviene del sector de Alicia Kirchner.

Muriel aprendió de maravilla las lecciones de Lipovich: además de ser director de Aeropuertos, también es director de Aerolíneas.

El directorio de la compañía aérea estatal es un agujero negro. En la web de Aerolíneas no figura su composición e incluso los diputados nacionales no consiguen información al respecto. En 2011, la Auditoría General de la Nación le pidió a Recalde que informe cómo está compuesto el directorio de Aerolíneas. El camporista todavía no respondió.