La Cámpora busca sumar cargos si gana Scioli, pero por ahora no hay señales

La Cámpora busca sumar cargos si gana Scioli, pero por ahora no hay señales

La agrupación ultrakirchnerista intentará retener y ampliar su presencia en el Estado; los nombres que anticipó el candidato del FPV generaron nerviosismo

El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, confirmó la semana pasada los primeros nombres de ministros para su gabinete en caso de que gane las elecciones presidenciales del 25 de octubre y puso al rojo vivo al entorno de la presidenta Cristina Kirchner y a la agrupación La Cámpora, que busca cargos en segundas y terceras líneas del Estado para retener espacios de poder.

Por ahora, no existen presiones ni propuestas formales al candidato presidencial del Frente para la Victoria (FPV). Sin embargo, según confiaron a LA NACION altas fuentes del Gobierno, los jefes y militantes camporistas buscan vías para ser tenidos en cuenta por Scioli.

Como segunda alternativa, La Cámpora buscará ocupar espacios en la estructura bonaerense si es que el jefe del Gabinete, Aníbal Fernández, logra en octubre convertirse en el gobernador. Existe un acuerdo para apoyar desde La Plata a los legisladores del kirchnerismo en el Congreso que buscarán condicionar al sucesor de Cristina.

El nerviosismo en La Cámpora, que lidera Máximo Kirchner, el hijo de la Presidenta, se desató el viernes cuando el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, dijo que "hay gente que no admite que en dos meses deberán volver a su casa".

Urtubey, el vocero de lo que Scioli no puede decir, respondió así a los ataques del Gobierno, que lo desautorizó por opinar en Estados Unidos que es necesario acordar con los fondos buitre para lograr financiamiento internacional.

Los voceros de Scioli descartaron cualquier conflicto e injerencia de La Cámpora: "No hay presión sobre Scioli. Daniel va a definir su gabinete con autonomía, sin imposiciones y como lo hizo en la provincia de Buenos Aires. Nosotros tenemos excelente relación con toda La Cámpora y todos nos apoyan", dicen.

Sin embargo, el primer camporista que busca quedarse es Mariano Recalde, que se ofrece para permanecer al frente de Aerolíneas Argentinas, pese a la gestión deficitaria de la aerolínea de bandera.

"Recalde es uno de los que se pintó de naranja", confiaron altos funcionarios. El otro es Eduardo "Wado" De Pedro, secretario general de la Presidencia. Quiere ser presidente de la Cámara de Diputados si Scioli triunfa el 25. Es amigo de Máximo Kirchner, mano derecha de Cristina, pero ahora se "sciolizó", un verbo nuevo en la jerga kirchnerista, que se conjuga con desdén.

Si el FPV ganara las elecciones, el presidente del Senado sería el eventual vicepresidente Carlos Zannini. De Pedro y Zannini ocuparían toda la línea de sucesión presidencial.

Los anuncios de Scioli sobre sus posibles ministros cortaron operaciones kirchneristas. Daniel Filmus quería ser ministro de Educación, pero el candidato confirmó a Alberto Barbieri, rector de la UBA. Ahora, el kirchnerismo menciona a Filmus para Ciencia y Técnica, pero el sciolismo impulsa a Claudio Fernández, científico de origen humilde, director del Instituto Max Planck del gobierno alemán.

Scioli confirmó además a Alberto Pérez como jefe de Gabinete, a Diego Bossio como ministro de Infraestructura, a Alejandro Collia en Salud, a Miguel Peirano en Industria y Producción, y a Maurice Closs en Turismo y Deporte.

Con esto, el candidato daría por tierra con el Instituto Nacional de Deporte y Actividad Física y el Ente Nacional de Desarrollo Deportivo (Enaded), que La Cámpora hizo aprobar con media sanción en Diputados el miércoles pasado.

El autor del proyecto, el diputado Mauricio Gómez Bull, amigo de Máximo Kirchner, buscaría nombrar a 1500 nuevos empleados de La Cámpora en todo el país con un financiamiento de 4500 millones de pesos para reemplazar a la actual Secretaría de Deportes.

En la misma línea, la legisladora de la ciudad Graciela Ocaña denunció hace un mes ante la Justicia la supuesta creación de una estructura paralela en el PAMI, con el fin de incorporar militantes.

Muchos de los 92.000 empleados que nombró Cristina Kirchner desde 2006 son de La Cámpora.

Máximo Kirchner y los diputados Andrés Larroque y Juan Cabandié quieren retener segundas o terceras líneas de ministerios colonizados por La Cámpora, como Cancillería, Economía, Justicia, Planificación, Educación, Cultura, Defensa, Ciencia y Técnica, Secretaría General de la Presidencia y Secretaría de Comunicación. En el sciolismo anticipan una paulatina depuración de esos enclaves estatales en caso de ganar en octubre.

También aspiran a mantener directores en empresas privadas delegados por la Anses. Otros de los principales organismos del Estado donde buscarían preservar sus casilleros son la propia Anses, AFIP, AFI (ex SIDE), Fabricaciones Militares, YPF, Renar, Banco Central, Comisión Nacional de Valores, Aftic, Afsca, IGJ, Enarsa, Arsat, Télam, TV Pública y Radio Nacional. Pero en el sciolismo dicen que resistirán.

Comentá la nota