En año el 2019, Florencia Saintout sufrió una dura derrota ante el postulante de Juntos por el Cambio, Julio Garro. Incluso con todo el viento a favor y el respaldo abierto de Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández, la ex decana de Periodismo fracasó al momento de lograr un triunfo que casi podía palparse. Esto llevó incluso a que algunos acusaran a Martín Alaniz, su padrino político, de jugar a menos para evitar que Saintout tome peso propio y se independice políticamente.

Como era de esperarse, como contracara, las múltiples derrotas de Saintout generaron no solo críticas internas, sino también, con el devenir del tiempo, el cambio de estrategias y la individualización de un posible reemplazante.

Sin perder el control de la facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, hoy Saintout conduce el flamante Consejo Provincial de Coordinación con el Sistema Universitario y Científico mientras que, paralelamente, continúa ejerciendo como diputada provincial, cargo al que se negó a renunciar a pesar de lo establecido por el Título V del artículo 12 de la ley de Ministerios. No obstante el derrotero electoral, su desembarco en la gestión de Axel Kicillof fue entendido por muchos como un premio consuelo. Hoy, la realidad indica otra cosa: su llegada a la provincia pareciera una invitación cordial a seguir su carrera política por otros caminos. 

Es que, en ese marco, ya hace algunos años que dentro de La Cámpora viene pidiendo pista otro inesperado competidor: Andrés “Cuervo” Larroque. De hecho, durante los últimos comicios, su nombre sonó como posible postulante a legislador provincial por la octava sección, algo que finalmente no sucedió.

Tanto Larroque como Alaniz tienen línea directa con Máximo Kirchner, uno de los presidenciables para el 2023, aunque este último está por debajo en la línea de conducción. Hoy, Alaniz apenas cobra un contrato de 120 mil pesos en la Cámara de Diputados bonaerense. Por su parte, Larroque asumió como ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires tras renunciar a su cargo como diputado nacional en el mes de mayo: desde allí maneja un presupuesto cercano a los 25.000 millones de pesos anuales.

 

Aunque silenciosas, las intenciones de Larroque fueron expuestas en un cambio de domicilio realizado unos años atrás: se mudó formalmente de su casa de Mompox, en Capital Federal, a la calle 31 de Arturo Seguí.

 

En ese sentido, se espera que esta interna se resuelva en el escenario electoral del año entrante, cuando se pongan en juego los nombres que participarán de las listas que competirán de las legislativas; sin dudas, un paso previo obligatorio para cualquier dirigente que aspire seriamente a desembarcar en la intendencia.

Sin embargo, como es sabido, Larroque es uno de los referentes nacionales de La Cámpora e integra la mesa chica del espacio junto a Máximo, Mayra Mendoza, Juan Cabandié, Mariano Recalde y Wado de Pedro. Antes de que se hicieran públicas las denuncias por acoso y posterior desvinculación, la coordinación política de la provincia de Buenos Aires estaba en manos de Jorge "Loco" Romero, uno de los dirigentes camporistas encuadrados dentro de lo que se conoce como los Cuervo's Boys: es decir, las decisiones en territorio bonaerense exceden a Alaniz, lo cual implicaría que, en la práctica, la decisión de Larroque barrería con las aspiraciones de Saintout.

Tal y como lo viene explicando REALPOLITIK, a contramano del amplio abanico de intendentes peronistas que aspiran a renovar su mandato, Máximo Kirchner encarna una de las principales resistencias a la marcha atrás de la ley que limita las reelecciones indefinidas. Su objetivo es aprovechar la renovación que tendrá lugar en las próximas ejecutivas para facilitar el desembarco de cuadros de La Cámpora al frente de los municipios: hoy solo cuentan con la jefa comunal de Quilmes, Mayra Mendoza.

Finalmente, todo parece indicar que La Cámpora ya tiene su candidato para La Plata 2023, aunque, en esta ocasión, no será Saintout