En el campo se relamen y prometen vender

En el campo se relamen y prometen vender

El impacto fiscal anualizado de la medida será de 17.000 millones de pesos si se toma en cuenta el tipo de cambio actual. De concretarse la devaluación, subirá a 26.000 millones de pesos. La decisión impactará en el Fondo Solidario.

“Hoy apenas aterrice de vuelta en la ciudad de Buenos Aires, voy a firmar el decreto por el cual la Argentina pasa a tener retención cero a las exportaciones regionales.” El presidente Mauricio Macri viajó hasta Pergamino para anunciar la eliminación de retenciones al trigo, maíz, sorgo, carne y pesca y la reducción de cinco puntos en la soja. No lo hará a través de una ley del Congreso como habían prometido alguna vez tanto él como su ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, sino por decreto. El impacto fiscal anualizado de la medida será de 17.000 millones de pesos si se toma en cuenta el tipo de cambio actual. De concretarse la devaluación, será de 26.000 millones de pesos. Los cinco puntos menos en las retenciones a la soja impactarán de lleno en las arcas provinciales por una merma del Fondo Federal Solidario.

Según Buryaile, esa pérdida de recursos será compensada vía Ingresos Brutos y Sellos, dos tributos que son recaudados por la provincia y no por el Tesoro nacional. Una de las curiosidades del discurso de Macri fue que le reclamó al sector rural que deje de evadir. “Hay un compromiso que también hay que cumplir, que es pagar los impuestos. Porque ahora los vamos a administrar bien, los vamos a cuidar, entonces no hay ninguna excusa. Hay que pagar con alegría más Impuesto a las Ganancias”, sostuvo el Presidente. La medida implica una enorme transferencia de recursos hacia los sectores concentrados del agro que se potenciará con la próxima devaluación del peso. En total son 17 millones de toneladas de soja sin vender, que están esperando su nuevo valor de “mercado”.

Macri llegó a la ciudad de Pergamino, donde obtuvo el 63 por ciento de los votos, acompañado por los ministros de Economía e Interior, Alfonso Prat-Gay y Rogelio Frigerio, también estaban Gerónimo “Momo” Venegas, titular de la Uatre, y los senadores Alfredo De Angeli y Carlos Reutemann. La última en llegar fue la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. Esperaban a la comitiva un grupo de vecinos de Pergamino, dispuestos detrás de un perímetro alambrado, como si estuviesen del otro lado de la tranquera.

“No querría tener que aplicar la ley, con todo el afecto que les tengo, porque encuentro que están evadiendo. Porque también quiero decirles con total honestidad: voy a ser implacable aplicando la ley a aquellos que no la cumplen”, sostuvo Macri en su discurso. Cuando estaba por finalizar, Buryaile tuvo que acotarle a Macri algunos olvidos. Tapándose la boca para no quedar registrado en las cámaras de televisión, el ministro de Agroindustria le recordó al Presidente: “No dijiste nada del tema del trigo, maíz, carne”. A lo que el titular del Poder Ejecutivo agregó: “Y hay que producir más trigo, carne. Todo lo que somos capaces de producir”. Pero faltaba algo más. Buryaile volvió a cubrirse la boca para acotarle: “Todo tiene cero retenciones”. Y Macri repitió: “Todo tiene cero, no hay más excusas. Ahora depende de nosotros”. La situación fue similar a cuando Daniel Chaín, ex ministro de Desarrollo Urbano de la Ciudad, le sopló hace algunos años una respuesta a Macri durante una rueda de prensa que salió por televisión.

Más allá de las imprecisiones del Presidente, el tema de fondo es la transferencia de recursos hacia los sectores concentrados, y el hecho de que una eliminación de retenciones al trigo no implica, necesariamente, un mayor incentivo para la siembra. “Este proceso de sacar retenciones me lo contó mi papá, es un proceso similar a cuando vino la llamada Revolución Libertadora (1955), aunque es distinta la época, le sacaron recursos al Iapi que servían para industrializar el país, hubo una corta expansión que fue a los productores, pero todo el proceso terminó con 200.000 chacareros menos. Es decir, un terrible fenómeno de concentración, el mismo que ocurrirá ahora”, sostuvo Pedro Peretti, integrante de la agrupación Grito de Alcorta, de la Federación Agraria.

Actualmente hay 17 millones de toneladas de soja almacenadas en silos, que al precio actual equivalen a 5400 millones de dólares retenidos por los grandes exportadores. De pagar retenciones por un total de 1890 millones de dólares, equivalentes al 35 por ciento, lo harán en 1600 millones. La real transferencia de rentabilidad saldrá de multiplicar ese diferencial de 290 millones de dólares por el valor del peso luego de la devaluación prometida. Si fuese un dólar a 15 pesos, la transferencia inmediata sería de 4400 millones de pesos. Solamente 1700 empresas o grandes productores generan el 50 por ciento de la soja total en el país, los grandes beneficiados por la medida anunciada ayer.

El otro dato es que la eliminación de retenciones al trigo no es un incentivo excluyente para una mayor producción. En 2007/08, se produjo un total de 16,3 millones de toneladas. Al año siguiente, se redujo drásticamente: 8,3 millones. El nivel de retenciones era de 23 por ciento. En la cosecha 2010/11, con las mismas retenciones, la producción triguera ascendió a 15,8 millones de toneladas, y en 2011/12 fue de 14,5 millones. Luego volvió a descender a 9,0 millones pero en la cosecha 2014/15, otra vez saltó a los 13,9 millones.

La dirigencia agropecuaria criticó duramente al kirchnerismo por intervenir en el mercado triguero. Acusó al anterior gobierno de perjudicar a los pequeños productores. Según información del Ministerio de Economía (gestión Cristina Fernández de Kirchner) entre 2010 y 2014, los 10 principales exportadores se quedaron con el 80 por ciento del total de las operaciones medidas por cantidad. De los 30 mil productores trigueros que hay en el país, el 93 por ciento de ellos (27.900) son unidades que tienen una producción anual menor a las 800 toneladas. Estos aportan el 44 por ciento de la producción. El 7 por ciento restante representa el 56 por ciento de la producción. La eliminación de retenciones a todos los productores y exportadores por igual beneficiará casi exclusivamente a los sectores concentrados.

La pérdida de superficie sembrada en trigo no es una herencia del kirchnerismo, sino que arrancó hace 30 años. En los 80, el trigo representaba el 35 por ciento de la superficie sembrada, cayó al 29 por ciento durante los 90, al 21 por ciento en la década de 2000, hasta el actual 9,8 por ciento. En la concepción macrista de la economía y del agro, lo que será determinante para ampliar la producción de trigo será la apertura irrestrica de su venta al exterior, sumada a un nuevo tipo de cambio. Pero la devaluación es lo que terminará beneficiando a un puñado de exportadores en detrimento del conjunto de los asalariados.

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