Campero está dispuesto a hacerse cargo del servicio de agua y cloacas

Campero está dispuesto a hacerse cargo del servicio de agua y cloacas

En Yerba Buena, uno puede recorrer a pie el camino que separa la Municipalidad del Concejo Deliberante. Entre uno y otro edificio, hay unas pocas cuadras de distancia. Sin embargo, se hace difícil caminar por allí.

Desde hace meses y casi siempre, ese tramo de la avenida Aconquija, hacia el norte, es un río de perpetuas aguas cloacales. Y esa insalubridad no es más que el botón de la muestra de lo que ocurre en otros puntos.

Aunque el intendente de esa ciudad, el radical Mariano Campero, llegó en auto a ese cuerpo legislativo, el primer anuncio del discurso con el que inauguró un nuevo período de debates, minutos después, fue su disposición a municipalizar el servicio de aguas y cloacas o a incorporar algún esquema mixto -manifestó-, que le permita participar en la gestión de la provisión, hoy en manos de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT).

“Debo intimarlos, una vez más, a que inviertan. A que se ocupen de una de las ciudades que más les aporta por habitante. Y sino pueden o no quieren hacerse cargo, estamos dispuestos a tomar esa responsabilidad. Es inconcebible que sigan derramando líquidos cloacales. No lo podemos permitir”, expresó. Dijo, también, que el municipio ha efectuado alrededor de 2.000 arreglos, pese a que no le corresponde.

Esas declaraciones no fueron las primeras con las que azuza a la SAT. El año pasado, había intimado al entonces presidente del directorio de esa Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria (Sapem), Alfredo Calvo, mediante una carta documento, a que le pagara a ese distrito más de $ 19,6 millones, en concepto de reparaciones por daños que esa empresa había causado en la vía pública. Aquella vez, la Municipalidad no insistió. Y la intimación quedó en la nada.

Hace unos días, se conoció un relevamiento hecho por dos concejales -Marcelo Rojas y José Macome- quienes contabilizaron más de 430 pérdidas de agua y cloacas.

Inseguridad, otro eje

A diferencia de ocasiones anteriores, en las que se lo vio más cómodo con la improvisación que con la lectura de sus guiones, esta vez Campero estuvo ceñido al texto que había llevado impreso en unas seis hojas. Si bien enumeró logros, como la incorporación de dos máquinas chipeadoras para la reducción de los residuos verdes, les dedicó palabras a sus objetivos.

Dijo, por ejemplo, que en los próximos días instalarán gimnasios al aire libre en tres puntos de la avenida Perón; que refaccionarán, de modo integral, la plaza Vieja, en La Rinconada; que pavimentarán el camino de sirga que bordea al río Muerto; que repavimentarán la avenida Solano Vera por completo y que arreglarán el puente que lleva al country Los Azahares.

Mientras las personas de su gabinete lo aplaudían por esos dichos, Campero se enfocó en el segundo eje de su alocución: la inseguridad. Reveló que, en ese sentido, la creación de la Guardia Urbana Municipal constituye la mayor apuesta de su gobierno. Y se comprometió a incrementar la dotación de los 66 agentes actuales y a abrir un centro de monitoreo de alarmas, que les permita establecer, en tiempo real, dónde son activadas esas sirenas. Actualmente -de acuerdo a cifras proporcionadas por él-, se han colocado más de 500 alarmas y más de 2.000 botones antipánico. Eso totaliza unas 60 zonas bajo la cobertura del protocolo denominado “Vecinos en Alerta”.

Un plantón

Pese a la presencia de sus funcionarios, como Manuel Courel y Lisandro Argiró, jefe de Gabinete y secretario de Gobierno, respectivamente, Campero tuvo que dar su discurso con un desplante: los cuatro concejales que se le oponen -tres de su mismo signo político y un macrista- no concurrieron al cónclave inaugural. Sólo una vez que hubo finalizado, se refirió a ellos: “espero que recapaciten”.

A los otros seis ediles, Héctor Aguirre y Walter Aráoz -del peronismo- y Rojas, Macome, Javier Jantus y Rodolfo Aranda -afines a su gestión- se los vio asentir con la cabeza en algunos pasajes. “Este año vamos a consolidar nuestra gestión. Vamos a demostrar que se puede gobernar bien. Vamos a trabajar en conjunto con ustedes, señores concejales. Y vamos a transformar esta ciudad”, concluyó.

Los opositores -Benjamín Zelaya, Maximiliano García, Lucas Cerúsico y Pedro Albornoz Piossek- habían presentado una nota para fundamentar su ausencia, en la que recordaron que se encuentra en trámite el recurso judicial interpuesto por ellos, en el que plantearon la nulidad de la última sesión de diciembre.

De aquel cónclave se sirvieron sus pares para hacer asumir a Aranda -quien reclamaba la banca desde fines de 2016- y para renovar su propia mesa de conducción, pues Zelaya no había convocado a elecciones. “Siendo consecuentes con nuestro planteo, justificamos nuestra incomparecencia”, escribieron.

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