Campaña violenta: brutal ataque de pegatineros al exconcejal Marín

Un grupo de campaña de Urtubey emboscó al exedil. Hubo disparos y pedradas. Recibió un fuerte golpe en la cabeza. Anoche fue operado y está en coma farmacológico. A un mes de las elecciones primarias provinciales, la campaña electoral se transformó en violenta.

Carlos Marín, exconcejal y prestador de servicios de campañas políticas, fue brutalmente atacado con disparos y pedradas por un grupo de pegatineros en el acceso a villa Palacios. El ataque le provocó una gravísima lesión en la cabeza, quedando en coma farmacológico tras ser operado de urgencia en el hospital San Bernardo.

El ataque ocurrió ayer a la madrugada, poco antes de las 3, en la colectora de villa Palacios y la avenida Paraguay, a pocos metros de la pasarela.

"Veníamos en dos vehículos, después de hacer un control de la tarea de la semana. Mi papá iba adelante, en la camioneta (una Amarok gris) con mi tío Federico y dos personas más. Yo venía atrás, solo en el auto. Cuando llegamos a la altura de la pasarela, unas 30 personas se abalanzaron y empezaron a dispararnos y a tirarnos piedras. Lo hirieron a mi papá, que quedó inconsciente. La camioneta chocó contra el cordón cuneta y se detuvo. Entonces mi tío y los otros dos acompañantes lo sacaron del asiento del conductor, lo colocaron en la caja y salimos para el hospital San Bernardo. La gente nos tiraba piedras y escuché al menos diez disparos, incluso nos persiguieron a los tiros dos cuadras cuando salimos". El relato de Omar Marín, el hijo del exconcejal del Partido Renovador, quedó plasmado horas más tarde en una denuncia que presentaron en la Fiscalía Nº 12, a cargo de Federico Jovanovich.

Allí dejaron registrado también de que el grupo de atacantes estuvo liderado por los "hermanos Chilo", quienes también trabajan en la custodia del gobernador Urtubey.

Según contó el joven, el ataque comenzó con una emboscada, ya que las 30 personas rodearon a los dos vehículos y empezaron a disparar y tirarles piedras.

Según fuentes policiales, dos empleados de la estación de servicio Refinor vieron, aunque de lejos, el enfrentamiento que duró varios minutos.

A diferencia de otros años, en la base de la pasarela no se ven pegatinas (hay pintados murales), lo que ayer abonaba la hipótesis de que se trató de una emboscada y no de una disputa territorial de pegatineros.

Estado delicado

En la madrugada, Marín ingresó en el hospital con diagnóstico de una herida de arma de fuego en la cabeza.

El gerente del San Bernardo, Hugo Sarmiento Villa, dijo a El Tribuno: "Marín entró con el diagnóstico de arma de fuego, pero luego, el neurocirujano Pantaleón Saladino me mostró las placas radiográficas y existe un traumatismo encéfalo craneano grave. No fue herido con un arma de fuego. Su hijo me dijo que hay una piedra en la camioneta que aún no la sacaron para que la Policía pueda verla". A las 10, Marín fue operado para extraerle astillas del cráneo y un coágulo. Por prescripción médica se le indujo el coma farmacológico.

Anoche, antes de las 21, los hijos, hermanas y otros familiares de Marín recibieron el último parte médico que dio cuenta de una evolución favorable muy lenta.

Además de las graves heridas que recibió el exedil, los otros dos acompañantes también quedaron golpeados por las pedradas. La camioneta -que permanecía estacionada en la playa de estacionamiento de la guardia- tiene varias abolladuras por el impacto de las balas, el vidrio de la ventanilla del conductor roto y restos de sangre en la caja donde fue colocado el exconcejal.

Del frenesí a los ataques

La tarea de los pegatineros se transforma en frenética a medida que avanza la campaña electoral. Pero esto no justifica la violencia. En diálogo con El Tribuno, Omar recordó: "No es la primera vez que los Chilo nos atacan (ya sucedió en 2011 y 2013); creo que es a raíz de la campaña y también en contra de nosotros, porque apenas vieron la camioneta se vinieron encima nuestro".

El exconcejal Marín trabaja pegando carteles y colocando pasacalles para la campaña de Juan Carlos Romero y Alfredo Olmedo. Los hermanos Chilo (conocidos con los apodos Lupo y Ketro) lo hacen para el gobernador Juan Manuel Urtubey, quien en años anteriores los ha beneficiado con nombramientos en la planta política del Gobierno provincial.

"No es la primera vez -insistió- y lo peor es que la Policía no actúa, porque había efectivos a dos cuadras de donde sucedió todo y no hicieron nada".

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