Para confirmar el renacido optimismo, se atendió muy amablemente a una delegación del sindicato docente ATEN, que pretende que los maestros también viajen con boleto especial, como los alumnos.

Inscripto en la campaña electoral, el tema transporte se torna así extremadamente especulativo. Hay una llamativa sinergia entre los bloques de la oposición al oficialismo municipal, que vincula la situación deficitaria del transporte público con los presuntos malos oficios del actual gobierno de Horacio Quiroga.

Se da a entender claramente, con una simpleza que sorprende, que el gobierno de la ciudad es prácticamente un cómplice de los empresarios dueños de Indalo. Se rasgan las vestiduras varios concejales afirmando que no puede ser bajo ningún motivo que la empresa (Autobuses de Santa Fe) tenga ganancias, cuando el servicio no satisface. Y destacan que si tiene ganancias es más gracias a Quiroga que a los resultados del negocio propiamente dicho.

“Cansados del mal servicio y de las excusas del intendente queremos poner blanco sobre negro en un tema tan sensible y que demanda una urgente solución, no podemos esperar hasta diciembre para cambiar esta realidad que afecta a miles de neuquinos”, ha dicho el concejal del MPN Juan Pablo Prezzoli.

La situación, sin embargo, raramente pueda tener solución, de acuerdo a la situación del contexto económico y teniendo en cuenta que rige la concesión del servicio por contrato sin mayores opciones a la vista. Imaginar una rescisión de contrato por incumplimiento es –consideran los más prudentes, en la intimidad- osado, y posiblemente, el primer paso para un juicio contra la Comuna.

No son esos los planes del gobierno que administrará la ciudad hasta diciembre. Es evidente que lo que trata Quiroga es de mejorar el servicio sin alterar el contrato vigente. Por eso ha decidido la compra de 15 unidades, y por eso alienta una recomposición de la tarifa. De quienes votaron la auditoría de la UNC, no hay tantos que piensen en la dirección opuesta, pues son políticos pero no comen vidrio.

También es cierto que se tiran números y porcentajes que no resisten la auditoría de un maestro de jardín de infantes. Algunos tendrían que revalidar sus estudios de matemáticas, o dejar de pensar que el público se torna un poco más estúpido en épocas de elecciones.