Campaña: sobran críticas, faltan ideas

Campaña: sobran críticas, faltan ideas

A cada momento vivido dentro del “vale todo” las instituciones de la democracia en la provincia se van poniendo difusas y lo que tendría que ser sencillamente el momento mas participativo Plural y de tolerancia se transforma en una riña de gallos por un espacio donde el abuso de poder marca pautas totalitarias o donde la utilización de la vía pública es la muestra más acabada del deterioro de las instituciones de la república, discriminando ideas, aboliendo propuestas, es decir, haciendo todo lo contrario a lo que pregonan en los discursos de campaña.

La batalla discursiva entre las distintas propuestas de los candidatos, aunque por momentos agresiva, no traspasa el plano simbólico sin embargo el espacio público parece convertirse en el verdadero terreno a conquistar.

La cantidad de candidatos, muchas veces difíciles de diferenciar entre los lemas, sublemas, categorías en cargos electivos, gobernador, candidatos a presidente han hecho que no quede pared alguna en toda la ciudad sin empapelar.

De la misma manera ocurre con pasacalles y el necesario soporte en los postes de luz a los que se agregan estructuras fabricadas al solo efecto de sostener la cartelería de los candidatos.

Pantallas de Leds de todos los tamaños se agregan a la contaminación visual que parece no importarle absolutamente a nadie y como final previsible de toda esta locura propagandística, los espacios en la ciudad terminan saturados.

Empiezan a encimarse afiches que luego son nuevamente tapados y aparecen los grupos de “tareas” dedicados a romper pasacalles, carteles o lo que sea para poder ganar esos lugares.

La estrategia parece no tener consecuencias, salvo para los partidos con recursos económicos escasos que se quejan de no poder reponer los carteles. Pero cuando militantes se cruzan descubriéndose mutuamente en esta faena destructiva, generalmente en espacios políticos del mismo signo, la violencia no tarda en aparecer.

Es en este momento donde la esencia de la democracia se esfuma dejando lugar al “cualquiercosismo”, término acuñado por Julio Bárbaro. No importan las propuestas, no importan la diversidad de ideas y las conductas dejan lugar al salvajismo.

Otra de las estrategias para apoderarse del espacio público es precisamente el abuso de poder desde el mismo estado como llegó a ocurrir con un cartel que fue desmontado por la municipalidad por razones de seguridad. 

“Llegamos justo porque se lo estaban por robar” dijeron los protagonistas.

Pero no solo el municipio puesto que en otras oportunidades, los vándalos destruyendo carteles fueron fotografiados por El Comercial y la policía al percatarse de la maniobra, persiguió a quien tomó la imagen y pasó sin siquiera detenerse donde los “muchachos” continuaban rompiendo a discreción.

La avenida costanera también constituye un espacio público donde el gobierno tiene exclusividad. Eventos de todo tipo promocionando a los candidatos oficiales se disimulan de actividades al aire libre, festivales y demás pero cuando alguien de la oposición pretende hacer campaña en el lugar, la policía “política” provincial actúa esgrimiendo normativas que solamente ellos conocen.

“Acá no se pueden hacer actividades proselitistas” afirma el uniformado al que le toca poner la cara explicando lo inexplicable en cada ocasión donde lo institucional desdibuja aún más los derechos ciudadanos. 

“Tenemos consideraciones internas” repite ahondando la falta de una justificación, la incoherencia y dejando en claro el autoritarismo que a todas luces va a contramarcha de lo que implica un marco de campaña de cara a elecciones generales.

Y es así que a cada momento vivido dentro del “vale todo” las instituciones de la democracia en la provincia se van poniendo difusas y lo que tendría que ser sencillamente el momento mas participativo, plural y de tolerancia se transforma en una riña de gallos por un espacio donde el abuso de poder marca pautas totalitarias o donde la utilización de la vía pública es la muestra más acabada del deterioro de las instituciones de la república, discriminando ideas, aboliendo propuestas, es decir, haciendo todo lo contrario a lo que pregonan en los discursos de campaña.

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