unto a trabajadores de la Comisión Municipal, El Tribuno de Jujuy recorrió parte del camino hacia Punta Corral por la localidad de Tumbaya y pudo ver el estado del mismo como así también observar los intensos trabajos que se llevan a cabo para que quede en mejores condiciones para los peregrinos, aún bajo las incesantes lluvias.

El mal tiempo no da tregua, sin embargo los trabajadores del municipio de Tumbaya y de la Dirección Provincial de Recursos Hídricos continúan con la limpieza del camino hacia el santuario de Punta Corral. Mientras que Vialidad Nacional se ocupa del puente sobre el Río Grande.

El día martes por la tarde, en compañía del comisionado municipal, Hugo Mamaní, y de dos trabajadores del municipio y a la vez colaboradores de la Parroquia de Tumbaya, El Tribuno de Jujuy recorrió aproximadamente 12 kilómetros de los 23 que separan a Tumbaya de Punta Corral.

En una jornada gris y fresca, similar a la que se vive en el resto de la provincia desde hace varias semanas, partimos desde el pueblo cerca de las 16. En los primeros tramos del trayecto el camino se presentaba en buen estado, pero al atravesar los 3 primeros kilómetros nos encontramos con la primera dificultad.

Dos peregrinos buscaban la forma de cruzar el Río Punta Corral, quizás viendo la manera de no mojarse, ya que el frío, la neblina y la llovizna se iban apoderando de aquel camino de playa rodeado por cerros enverdecidos.

Continuamos subiendo, notando que por partes el camino estaba totalmente transitable incluso para vehículos como cuatriciclos o motos de alta montaña, pero que también en varios lugares habían pequeños cortes donde el río impedía caminar libremente, tornando la tierra en un barro pedregoso y las piedras muy resbaladizas.

Al llegar al primer calvario nos encontramos con la gente del lugar que ya preparaba las carpas donde albergarán a miles de peregrinos, vendiendo comida y café. En la cruz, cinco peregrinos detuvieron la marcha para persignarse y descansar unos minutos.

Reanudamos nuestro recorrido y aproximadamente a 8 kilómetros, cerca de El Angosto, nos encontramos con algunos trabajadores de la Comisión Municipal de Tumbaya y con una de las máquinas de Recursos Hídricos. Bajo la llovizna los hombres levantaban a mano las piedras grandes del camino.

Nos detenemos a conversar con ellos y nos comentan que desde las primeras horas de la mañana salieron a limpiar el camino, como lo vienen haciendo desde hace una semana, pero que la lluvia vuelve a aumentar el cauce del río borrando en algunas partes las huellas del mismo.

En ese momento bajaban otros peregrinos, precisamente cuatro hombres que partieron en la mañana desde Punta Corral, al consultarles nos dijeron que el camino hacia el resto de los calvarios estaba regular, por partes bien y por otras, un poco peligroso por el agua y el barro.

La tarde parecía anochecer debido a la neblina que cada vez bajaba un poco más, sin embargo retomamos la marcha hasta llegar al Añagual, a alrededor de 12 km de distancia, es decir, hasta la mitad del camino hacia el santuario de Punta Corral.

Allí divisamos a otra de las máquinas y al resto de los trabajadores del municipio, unos diez hombres que ya retornaban de la jornada, ya que expresaron que la lluvia era un impedimento para continuar. Algo que comprobamos enseguida, ya que en unos instantes comenzó a granizar y se desató una fuerte lluvia.

Es por ello que también decidimos bajar y regresar al pueblo antes del anochecer, haciéndolo con mucho cuidado y tomando los recaudos necesarios. En el trayecto cruzamos a otros peregrinos que de igual forma continuaban con la peregrinación, sin tener en cuenta la neblina, la lluvia, o el frío, simplemente caminaban con gran fe y devoción a la Virgen de Punta Corral, a la "Mamita del Cerro" como seguramente lo harán miles de feligreses y promesantes el próximo fin de semana.

Algunas recomendaciones

Ante la experiencia vivida, el presidente de la comuna de Tumbaya, recomendó realizar la peregrinación tomando algunas medidas necesarias. Primeramente recomendó iniciar la peregrinación de día y no subir de noche, es decir, después de las siete de la tarde. Ya que por las lluvias, el río aumenta su caudal y en algunas partes el camino es resbaladizo y peligroso, difícil de transitar de noche, sin luz.

Por otro lado recomendó tomar medidas personales como llevar ropa de abrigo, capaz para la lluvia y calzado apropiado, ya que las lloviznas y lluvias persisten.