Cambiemos: la UCR encabeza casi todas las listas, pero le teme al crecimiento del PRO

Cambiemos: la UCR encabeza casi todas las listas, pero le teme al crecimiento del PRO

Los radicales creen que sólo renovarán las bancas y sus aliados sacarán ventajas. Tensión en el interbloque de Diputados.

Alguien va a pagar el asado. La primera apuesta del año electoral fue pactada el miércoles en el despacho vecino al de Mauricio Macri, en medio del armado de las listas, entre los funcionarios del PRO y los referentes radicales que coordinan la alianza Cambiemos. Los visitantes (José Corral y Angel Rozas) jugaron a que la UCR apenas llegará a renovar las 24 bancas de diputados que ponen en juego. Los macristas (Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó y otros), a que sus socios salieron beneficiados y sumarán algunas más.

Sin decir palabra, los “lilitos” (Maricel Etchecoin y Maximiliano Ferraro) se aseguraron participar de la co milona sin arriesgar el bolsillo. En el reparto salieron ganadores módicos: por presión de Elisa Carrió, al menos duplicarían su bloque de cuatro diputados, tal como reveló Clarín.

Con todo, las tensiones clásicas de los cierres de listas amenazan con extenderse entre los dos partidos más grandes del tejido oficialista. El elenco del poder les aconsejan a sus aliados radicales que no anden quejándose por los rincones, ya que se alzaron con los primeros lugares en las boletas de 15 de las 23 provincias (sólo en Capital no se presenta Cambiemos). En esos cálculos, los radicales encabezan cuatro de las ocho listas de senadores y 16 de diputados.

Los dirigentes de la UCR cercanos a la Rosada (Corral, jefe del Comité Nacional, y Ernesto Sanz, virtual ministro sin cartera) están encantados con el arreglo. Alegan que se cumplió la promesa que hizo el Presidente en la cumbre del pasado verano en Olivos, al garantizarles que mantendrían sus 38 diputados. Pero la mayoría piensa que el PRO se escudará en los candidatos taquilleros del radicalismo como mascarones de proa para engordar su bloque. Al punto de plantear un desequilibrio que podría minimizar el ya escaso poder de decisión del centenario partido.

Las matemáticas dicen que mientras la UCR arriesga los dos tercios de su bancada, el macrismo y sus aliados ponen en juego menos de un tercio. 13 sobre 41. También cantan que, según las proyecciones electorales de la Rosada (sobre la base de un 35% de votos propios como promedio en el país), podrían superar las 50 bancas, la mitad de lo que espera reunir Cambiemos a partir de diciembre.

Así, se quebraría el equilibrio que mantiene unido al oficialismo en su principal espacio parlamentario, con el macrista Emilio Monzó en la presidencia de la Cámara baja y el radical Mario Negri al frente de del interbloque. Aún manteniendo a Negri en el puesto, se le haría cuesta arriba dominar una alianza en la que su fuerza quedaría ocupando menos del 40 por ciento de los cargos.

La catarsis que los diputados radicales hicieron hace dos semanas en el hotel Savoy, en presencia del jefe partidario, incluyó quejas por la cesión de espacios al macrismo en distritos donde el partido del Presidente tiene escasa presencia. Mencionaron los casos de Jujuy, Corrientes, Catamarca, Entre Ríos y La Rioja.

“Supieron aprovechar nuestras debilidades”, admiten por lo bajo los que calzan boina blanca, en alusión a la estrategia de la Casa Rosada, comandada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Le adjudican haber capitalizado la necesidad de los gobernadores (al jujeño Gerardo Morales y al correntino Ricardo Colombi les arrebató los segundos puestos de las listas de diputados) y la debilidad de quienes fueron a negociar individualmente (el santafesino Mario Barletta, el cordobés Ramón Mestre y otros). La avanzada macrista no terminaría ahí. La Rosada aprovechó su poder para imponerle a la UCR los candidatos que más le conviene. Así, crecerán las huestes de Sanz y Corral, en detrimento de voces autónomas del alfonsinismo. Los críticos esperan revancha cuando se renueve el Comité Nacional, a fin de año

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