El calzado, otra industria arrastrada por la crisis

La apertura de las importaciones y el contexto del mercado local, con una fuerte baja en el poder adquisitivo de los consumidores, pone en jaque a las Pymes y en particular, la industria del calzado vuelve a sentir el fantasma de lo que ocurrió décadas pasadas.

Las caídas en la producción y ventas pone al sector de los fabricantes de calzados en una de las situaciones más complejas. 

Así lo confirmó a NORTE Walter Bordón, titular de la firma Comodín quien agregó “la situación por la que atraviesa nuestro sector no es privativa del mismo, sino que marca un contexto general de cómo estamos todos los sectores que nos dedicamos a la manufactura de productos, fundamentalmente aquellos que nos encuadramos en el segmento de las pequeñas y medianas empresas.

La producción ha tenido una caída notable ya que “de los 3.000 pares promedio que veníamos fabricando por semana en épocas normales hoy solo fabricamos 1.000” aseguró.

“Esto marca claramente el panorama que vivimos actualmente” agregó al tiempo que reflejó “si bien por lo menos con esa producción se vende y prácticamente no existe sobre stock mensual” queda a las claras que “el descenso en la producción y las ventas son claras y elocuentes superando largamente el 50%”.

Influencia de varios factores

Para el empresario varios son los factores que influyen para la actual coyuntura que atraviesa el sector. Entre ellas citó “el cambio en las condiciones de compra de los insumos, el asfixiante sistema impositivo, las cargas patronales, la aparición de pequeños micro emprendimientos, que son escisiones de las cinco o seis grandes empresas, la apertura de las importaciones y la competencia desleal” conforman u universo directo de cuestiones que impactan en la situación casi límite que atraviesa el sector de los fabricantes de calzados. 

“A eso hay que agregarle que la gente sufre la crisis y eso también contrae el mercado y produce una disminución marcada en las ventas” dijo.

Respecto al cambio que se registró en las condiciones de compra para la adquisición de materia prima, el empresario remarcó “hasta el año pasado comprar los materiales para la fabricación de los distintos tipos de calzados que manufacturamos en nuestra fábrica antes encargábamos una cierta cantidad y la forma de pago era la mitad en efectivo y el resto con algún pequeño plazo de 15 días para abonar lo que nos permitía armar un circuito y poder así trabajar con normalidad” pero aclaró que “hoy esas condiciones han cambiado totalmente y la única modalidad de pago es al contado, contra reembolso, es decir cuando llega el camión te presentan la factura y tenés que abonar el monto total caso contrario se llevan la mercadería de vuelta lo que ha obligado también a restringir las compras” advirtió.

Lo mismo ocurre con el pegamento que “muchas veces por la modalidad de envío y la forma de pago obligan a que tengamos que comprar a nivel local aunque eso pueda generar alguna diferencia negativa, pero con el objetivo de seguir produciendo”.

Ahora hay otros micro emprendimientos

Por otra parte Bordón analizó que el mercado muestra hoy una mayor dispersión que años anteriores “a partir de la aparición de nuevos micro emprendimientos que son escisiones de las empresas que siempre trabajamos en el rubro”.

“Antes éramos cinco o seis empresas y ahora aparecieron este tipo de emprendimientos que fueron desprendimientos de muestras empresas que realizan la tarea de fabricar y vender en otras localidades del interior lo que ha restringido un poco el mercado que teníamos antes las empresas tradicionales” aunque quiso dejar en claro y remarcó “de ninguna manera quiero que se interprete esto como que estoy en contra porque todos tenemos derecho a trabajar solo que hoy el mercado fija esas reglas”.

Importaciones y competencia desleal complican

El empresario advirtió que la apertura de las importaciones y la competencia desleal provocada por la venta ambulante son otros dos factores que tienen incidencia directa en toda esta situación.

“El ingreso de productos de otros países hacen imposible poder competir en materia de precios ya que por ejemplo, si hablamos de una ojota de buena calidad, hay algunas marcas que vienen de afuera y son de mediana calidad tienen un costo de 30 pesos y en nuestro caso fabricar una de buena calidad tiene un costo de 50 pesos lo que obliga a comercializarla al público entre 70 y 80 pesos y en un contexto de situación donde la gente en muchos casos ya prioriza precios y no tanto la calidad, no es un dato menor”.

Además está la cuestión vinculada a la venta ambulante que “genera un contratiempo importante ya que además de tener precios más bajos no pagan ningún tipo de impuestos lo que genera una competencia desleal para los locales que si tributan”.

En ese sentido señaló que “varios comerciantes ya han hecho reclamos por esta situación a las autoridades pertinentes pero no hubo solución a esta problemática” indicaron fuentes del sector.

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