Durante la noche del martes, aproximadamente en el mismo horario en el que se disputaba el partido de la Selección argentina por la semifinal de la Copa América, dos familias acudieron al destacamento policial de San Antonio, Fray Mamerto Esquiú. Allí los progenitores de ambos niños expusieron lo que habría sucedido, aparentemente en la casa del más grande de ellos.

Se invitó a que se asiente la pertinente denuncia en la Unidad Judicial Nº 11, tras lo cual se puso en conocimiento al juez en turno. El niño de 13 fue trasladado hacia el Centro de Admisión y Derivación de avenida Alem, donde por su corta edad y por ser no punible fue retirado al breve tiempo por sus progenitores, tal como lo indica la legislación vigente.

Para la víctima en cambio, la situación no fue tan sencilla. El pequeño debió ser trasladado desde FME hasta esta ciudad a bordo de un vehículo oficial en compañía de su madre. Una vez en el nosocomio, habría permanecido sin recibir la atención adecuada desde las 21.30 hasta las 23.30 aproximadamente, hora en la que le dijeron que regrese a la mañana siguiente. El niño, de acuerdo a lo que aseguraron fuentes confiables, presentaba en su vestimenta algunos rastros de sangre que en principio no se tocaron a la espera de que se le practique el protocolo establecido para casos de abuso sexual. Al ver que esto no iba a suceder, de forma preventiva se terminó secuestrando la ropa del niño cuando fue llevado de nuevo a su domicilio.

Las fuentes consultadas explicaron que en un principio el protocolo se iba a realizar normalmente, pero todo cambió al llegar al hospital. Al llegar, les habrían expresado a la madre del niño y al sumariante que intervino en el hecho que no contaban con el equipo interdisciplinario completo ya que faltaban algunos profesionales. Luego les dijeron que faltaba una hoja con un formulario a llenar y finalmente que no se realizaban protocolos de casos de abuso en ese horario.

A la casa

El niño, vulnerado en su integridad y con los riesgos de salud que un hecho de este tipo podrían acarrearle, fue enviado de regreso a su domicilio. Al siguiente día, a las 8.30, debió ser trasladado de nuevo, y luego de una nueva espera fue atendido.

Hasta el cierre de esta edición no se conocía con certeza -ya que las autoridades judiciales no contaban con los resultados de las pericias- si es que el niño fue accedido carnalmente o si se trató de otro tipo de ultraje.

El episodio del hospital causó gran malestar en agentes judiciales y policiales que dijeron sentirse impotentes por el hecho. El informe relevado desde la Unidad Judicial Nº 11 hacia el juez Rodrigo Morabito ya habría llegado a despacho y en las próximas horas podría haber directivas al respecto.

Durante el partido

El arribo del pequeño al hospital de Niños, acompañado de su madre y de agentes judiciales, se produjo paralelamente al desarrollo del partido de fútbol de la Selección argentina contra Paraguay. La primera versión que se les dio a los damnificados era que no contaban con todo el personal adecuado para atender la urgencia del caso.