El calor azotó al maíz y la soja

El calor azotó al maíz y la soja
La cosecha gruesa en la zona del centro atraviesa una situación complicada. Los lotes ubicados en la zona de Pringles y Pueyrredón presentan un avanzado estrés hídrico.

En los campos del centro, las escasas precipitaciones y las temperaturas extremas y prolongadas llevaron a los cultivos de maíz y soja a una avanzada situación de estrés hídrico que afecta negativamente su maduración y compromete su rendimiento a futuro.

Así lo señaló el técnico Ramiro Goncalvez, asesor de establecimientos ubicados en el triángulo formado por Cuatro Esquinas, Fraga y Charco de los Perros, quien aseguró que muchos lotes dependen de las próximas lluvias de febrero para evitar pérdidas.

En la zona de El Amparo, Cuatro Esquinas, La Petra y La Cumbre, el maíz de primera —sembrado entre principios de octubre y mediados de noviembre— presenta un desarrollo pobre e irregular. De acuerdo a las mediciones efectuadas, los perfiles, hasta 1,5 o 2 metros de profundidad están, en promedio, sin reservas de agua útil.

"Las plantas están todavía lejos de su estado de madurez fisiológica: los granos presentan en general texturas de tipo ampolla o lechosa. Como la última etapa del período crítico estuvo marcada por déficit hídrico, habrá una mayor tendencia al aborto de granos, lo que comprometerá el rendimiento final", explicó Goncalvez.

El maíz de segunda, por su lado, ya comenzó a utilizar las reservas de agua alojadas en el segundo metro de profundidad. "Las plantas sufren porque no llegaron a enraizarse hasta el fondo, entonces les cuesta alcanzar la humedad almacenada. Además, a la mayor cantidad de agua la obtienen del primer metro", precisó.

Las consecuencias son visibles a simple vista. Con el calor, las plantas experimentan dificultades para traslocar los nutrientes, razón por la cual sus hojas exhiben una coloración amarillenta y un aspecto como "quemado".

El técnico explicó que a este ritmo, los cultivos consumirán toda la humedad almacenada en los perfiles, por lo que será el aporte de las lluvias de febrero será fundamental.

"Atravesamos un estrés hídrico muy avanzado. Por eso ahora dependemos casi exclusivamente de las precipitaciones que lleguen en los próximos días", manifestó el técnico.

Durante todo enero, cayeron en esta zona productiva, entre 28 y 78 milímetros (los guarismos varían según el paraje) y desde marzo hasta el momento, van acumulados unos 573 milímetros.

El régimen de lluvias presenta excentricidades. “La semana pasada en esa zona cayeron 20 milímetros en La Cumbre y 30 en El Amparo, sin embargo en La Petra, que está a sólo 15 kilómetros, no cayó una gota. Quizás en El Amparo ayudó la influencia húmeda que proviene de las sierras”, opinó el técnico.

También la soja de primera, que se encuentra en plena etapa de floración y formación de vainas, ya ingresó en la última etapa del período crítico, lo que la lleva a ser muy dependiente de las lluvias de los próximos 15 días para evitar aborto de flores y frutos.

La soja tardía, en etapa de plena floración, también presenta poco desarrollo a causa de las altas temperaturas y las bajas precipitaciones.

“Al igual que la soja de primera encontramos isocas, con la salvedad de que en este caso, la defoliación es más severa debido al menor desarrollo. Por lo tanto habrá que ser más cuidadoso para el control", dijo, y advirtió: "El potencial de rendimiento se ve agravado por la fecha de siembra. Si a esto le sumamos las defoliaciones, nos puede llevar a una combinación no deseada".

Eleodoro Lobos, Comandante Granville y Fraga

Un poco más al sur, la situación resulta más complicada. Allí, debido a la menos incidencia de precipitaciones anuales, la mayoría (entre un 80 y 90%) son cultivos de maíz y soja de segunda y a esta altura ya comenzaron a consumir reservas de humedad del segundo metro que guardaban de la primavera.

Los pocos lotes con maíz de primera están severamente afectados por la sequía. "Encontramos lomas y medias lomas con manchones muy estresados. A dos metros de profundidad, estos lotes están prácticamente sin agua útil", dijo el asesor, e indicó que para los próximos días, las lluvias deberían acumular, por los menos, entre unos 40 y 50 milímetros para evitar pérdidas.

El de segunda presenta un estado de regular a bueno, con moderado estrés hídrico, ya que a partir de los 100 o 110 centímetros de profundidad —en lotes barbechados—, existen todavía algunas reservas de agua. "El acumulado del 1º de abril al 1º de diciembre en la zona fue de 278 milímetros, y en lo que va de enero, cayó hasta el momento entre 15 y 25 milímetros, según el paraje", señaló Goncalvez.

En los lotes con lomas encontraron plantas muertas y el asesor explicó: "Con los calores, las plantas demandan más agua. Pero además ocurre otro fenómeno: cuando la temperatura supera los 35 grados, el vegetal destina toda su energía solamente a sobrevivir. Entra en estado vegetativo y deja de producir".

También en los cultivos de segunda de esta zona, el primer metro ya no tiene agua útil y, según los últimos muestreos, es muy poca la reserva que almacena en el segundo.

La soja de primera presenta un aspecto regular y atraviesa también un severo estrés hídrico, con manchones de plantas perdidas y lomas con plantas enteramente desojadas, por lo que el rendimiento se encuentra comprometido.

"En esta zona la tendencia es de sembrar tarde, alrededor del 15 y 20 de diciembre, así que a esos cultivos lo agarraron unos 20 días de enero con temperaturas altísimas que terminaron por ocasionar muchas pérdidas", consideró.

Charco de los Perros

También fue delicada la situación en la zona de influencia de Charco de los Perros, que es la que recibe la menor descarga de lluvias por año en la zona centro de la provincia. Allí, todos los cultivos son de segunda.

Goncalvez contó que de un lote de 200 hectáreas de soja que fueron sembradas el 15 de noviembre, la seca echó a perder alrededor de 100 hectáreas.

Y explicó que los manchones aparecen bien localizados en las lomas, tanto de soja como de maíz, porque son tipos de terreno que retienen menor cantidad de agua.

Las lluvias acumuladas de marzo hasta la fecha son allí de 309 milímetros, con un acumulado de 35 milímetros en enero.

"Los productores están pendientes del agua que llegue la próxima semana. Lo ideal sería que sean lluvias suaves, que tienen mejor penetración en la tierra y no escorren tanto. Como está la situación al momento, los lotes que pueden llegar a sobrevivir con una mejor perspectiva son aquellos que todavía conservan reservas en el segundo metro y que pueden aprovechar las próximas lluvias para recargar el primero y de ese modo no sobreexigir la planta. De lo contrario, el rendimiento se verá seriamente comprometido", opinó.

Corredor Quines-Candelaria

La situación en la llanura norte de la provincia viene mejor encaminada, según señaló el jefe del INTA Quines, Héctor Andrada. "Acabamos de concluir un relevamiento del cultivo de algodón y maíz y vimos que están muy bien", dijo, y contó que pudieron sobrellevar la producción incluso después de que Monsanto rompiera los contratos que tenía con empresas líderes de la zona ante la aparición de una plaga de gusano barrenador, que afectaba la caña de maíz.

"A raíz de ese episodio buscamos asesoramiento con INTA de otras provincias y seguimos un monitoreo a la par del privado que nos arrojó una proyección de rendimiento de 10 mil kilos, aunque se trata de maíz para consumo o almacenaje en silos, no para semilla", aclaró Andrada. El maíz de primera está ingresando en etapa reproductiva y por ahora no presenta problemas. “Vamos a ver cómo evolucionan, porque aunque tengan humedad suficiente el calor frena un poco su crecimiento”, dijo.

En cuanto a los cultivos de maní y soja que relevaron los resultados también fueron buenos. "Durante enero sufrimos un poco las altas temperaturas y el estrés hídrico, pero aquí la mayoría de los cultivos tienen sistema de riego por aspersión".

Opinó además que las lluvias vienen desparejas, con fuertes oscilaciones. "Paradójicamente, la situación ayuda a la floración de la algarroba, que constituye un alimento muy importante para el ganado. Así que hasta que mejore el pastizal natural, los animales están bien nutridos", expresó.

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