La presión tributaria, medida como el peso de la recaudación de impuestos sobre el PBI, cayó durante el año pasado dos puntos porcentuales. De esta manera, se ubicó en el nivel más bajo desde de 2009, según surge de distintos análisis que identifican que, aislando los recursos obtenidos de manera extraordinaria por la penalidad que se cobra a quienes entran al blanqueo, el ingreso tributario de 2016 terminó en torno a 24,4% del PBI.

 

 

Sin embargo, cuando se tiene en cuenta la presión tributaria total (de los tres niveles de gobierno), jugó a contramano en los últimos años (y, también en 2016) el fuerte incremento que tuvo el peso de ingresos brutos en la recaudación de las provincias. El avance de este tributo sumó a la presión fiscal total de la Argentina más de 2% del PBI anual, según surge de un estudio elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

 

 

Sus autores, Ariel Barraud y Florencia Maldonado, identificaron que por este impuesto, cobrado a nivel provincial por las jurisdicciones, pasó de representar en promedio un 56,2% del total de la recaudación de los estados subnacionales entre 1991 y 2002, pegó un salto en 2003 que lo llevó a 61,8%, para ubicarse en los últimos años en 75,5% del total. Es decir, que tres de cada cuatro pesos que se recaudó en las provincias en 2015 y 2016 se originaron en el cobro de ingresos brutos.

 

 

"En concreto, el avance de ingresos brutos sumó a la presión fiscal total de nuestro país, el equivalente a más de 2% del PBI anual", sostuvieron desde el Iaraf.

 

 

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dijo en una entrevista con este diario a principios de mes que "ingresos brutos es un problema grande para la competitividad". En ese sentido, reconoció que hay que trabajar con las provincias porque, a su entender, se armó un círculo vicioso. "En el sector público argentino, donde más se creó empleo público, fue en las provincias, no en la administración nacional. Y esto se financió con impuestos distorsivos que terminaron ahuyentando más al sector privado. Hay que romper ese círculo, de manera gradual", describió.

 

 

De hecho, el presidente Mauricio Macri encabezó el viernes por la mañana una reunión en coordinación para analizar el esquema de distribución de impuestos provinciales, con vistas a la cumbre que mantendrá el jueves con los gobernadores. Ese día, además de otros temas, está planeado que se avance con la discusión de la reforma tributaria que quiere lleva a cabo el Gobierno.

 

 

El economista Federico Muñoz reconoció que "el rutilante éxito del blanqueo infló de manera notoria la recaudación impositiva de diciembre. Ingresaron a la AFIP nada menos que $ 275.500 millones; con el empuje del aporte mensual extraordinario de $ 93.000 millones de las multas asociadas a la exteriorización". Sin embargo, diferenció que "para analizar la marcha de la recaudación y de la presión tributaria en 2016, conviene hacer abstracción de los ingresos extraordinarios que aportó el blanqueo (equivalentes a 1,3% del PBI). Vemos así que el ratio Recaudación / PBI cayó de 26,3% en 2015 a 24,4% en 2016; una merma de casi dos puntos porcentuales, hasta su menor nivel desde 2009".

 

 

También desde la consultora ACM identificaron que la recaudación, sin tener en cuenta los ingresos tributarios originados por la penalidad de quienes entraron al blanqueo, "muestra un nivel en términos del PBI de 24,5%, dos puntos porcentuales menos que el año previo".

 

 

Esta disminución respondió, básicamente, a tres motivos: por un lado, la caída en la economía, que significó menos ingresos derivados de la actividad. Se suman los cambios en los derechos de exportación (a productos agrícolas y mineros) y el alza del mínimo no imponible en Ganancias, en febrero del año pasado.