Caída de la actividad e incertidumbre

Caída de la actividad e incertidumbre

Por las restricciones y conflictos internos registró un marcado derrumbe. Sin renovación de autoridades y con un año que ya se presentaba complejo, la pandemia terminó de complicar el cuadro.

La falta de planificación estratégica del puerto de Mar del Plata, sumada a los vaivenes del mercado externo, donde el valor de comercialización del langostino sufrió una baja del 34% y el de la merluza del 15%, auguraban un 2020 complejo para la actividad portuaria. La pandemia de  coronavirus podría ser el tiro de gracia.

Más allá de haber sido contenida entre las excepciones del DNU con el que el presidente Alberto Fernández fijó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, la actividad presentó un parate casi total desde el 16 de marzo, mientras que a partir del 1 de abril, la flota quedó liberada tras la  aprobación de un protocolo sanitario confeccionado entre armadores y sindicatos. Sin embargo, los embarques se registran con cuentagotas, mientras miles de familias permanecen sin ingresos.

“Estamos realmente complicados. Veníamos complicados, y con la cuarentena, ahora mucho más”, precisó el secretario adjunto del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP), Adolfo Echeverría. “Estamos prácticamente parados hace tiempo, porque los barcos no salían, ya se procesaron los últimos barcos que llegaron y ahora estamos totalmente parados. Hay un protocolo, pero ahora, el problema es con los inspectores”, contó en relación con la negativa de varios de ellos a embarcarse. “Salieron unos pocos barcos la semana pasada, pero eso no alcanza para las nueve mil personas que dependemos de este trabajo”, destacó el vocero del SOIP.

En este marco, los pocos barcos que salen hoy desde el puerto son los congeladores, los poteros y los fresqueros; preferentemente, las unidades de mayor porte. Los barcos más chicos, aún se mantienen inactivos.

A pesar del nuevo esquema de trabajo, las cámaras empresarias advierten, en principio, una reducción del 30% en la actividad, con un 20% menos del personal disponible ante la preservación de los grupos de riesgo. Justamente, esta caída de la actividad portuaria quedó en evidencia en el último reporte de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación. Entre el 1 y el 15 de abril, los ingresos de capturas marinas fueron de 10.872 toneladas, lo que en la proyección para el resto del mes significa una baja de prácticamente la mitad de lo registrado en febrero: fueron 43.026 toneladas las ingresadas el último mes que se operó sin restricciones.

Marzo, tampoco se salvó, al estar prácticamente paralizada la actividad desde la entrada en vigencia del DNU de Fernández, el 20 de marzo: las capturas ascendieron a 30.093 toneladas, una disminución del 30% con respecto al segundo mes del año.

La preocupación aflora en el puerto de Mar del Plata por una razón central: el 95% de las capturas se exportan, y el consumo internacional se desplomó ante el advenimiento de la pandemia. Frente a ello, los armadores locales buscan asistencia del Estado, donde recientemente pidieron la suspensión del pago de cargas sociales por seis meses. Mientras tanto, los trabajadores temen por las fuentes laborales.

 

Rivera: “No se puede dimensionar lo que cayó la actividad”

El titular de CAIPA (Cámara de la Industria Pesquera Argentina), Fernando Rivera, opinó acerca de la situación del rubro en este contexto.

“La pesca exporta el 95% de su producción y no hay demanda en el mercado mundial. Además, el langostino bajó un 34% el precio y la merluza, un 15%. Son dos situaciones graves: no hay ventas, y si las hay, estás vendiendo a un precio mucho más bajo que en 2019”, graficó el empresario. En esa línea, Rivera remarcó: “No se puede dimensionar lo que disminuyó la actividad porque, directamente, no hay ventas. En un principio estimamos que bajó en un 30%, pero ahora no sabemos”.

A raíz de ello, una de las principales preocupaciones de los armadores es la pérdida del capital de trabajo ante la falta de ingresos. Es decir, los gastos operativos se mantienen, mientras que la entrada de dinero se resiente. Ante esto, las cámaras empresarias elevaron una nota conjunta a las autoridades nacionales y provinciales solicitando asistencia del Estado. Entre las principales demandas sobresale la suspensión de los derechos a la exportación y del pago de las cargas sociales durante la vigencia de la emergencia. “Si no se toman medidas va a haber un ‘crac’ importante en los próximos 30-60 días en el sector”, sentenció Rivera.

 

Aumentan los controles, aunque los reclamos, también

El Consorcio Portuario informó que entre el 20 de marzo y el 15 de abril se realizaron 3.226  controles. Del total, 1.408 fueron a personal de estiba; 1.765, a marineros; y 53, al de gremios. Se detectaron dos casos sospechosos, aunque ninguno positivo. Sin embargo, desde la multisectorial “Ningún Hundimiento Más” reclamaron por las condiciones de esos controles: destacaron el  incumplimiento de las medidas de distanciamiento social, ya que se generan largas colas del personal, como así también una marcada demora, pues solo dos personas están destinadas para su realización.

 

Las dilaciones en el reemplazo de Merlini, el titular del consorcio

A más de cuatro meses del recambio de autoridades en el Gobierno provincial, el reemplazo del presidente del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata, Martín Merlini (PRO), sigue sin saberse.

Se trata de todo un dolor de cabeza para el sector local. “La situación de Merlini es delicada. Sólo puede ayudar al mantenimiento del puerto, no puede hacer proyectos, porque no tiene la certeza de que va a continuar. Y tampoco inversiones. Hace falta una definición rápida. Es fundamental que sea una persona que sepa del puerto y no un paracaidista”, aseguró a La Tecla Mar del Plata una fuente portuaria de peso.

Uno de los nombres que se barajaron para titularizar el consorcio fue el de Gabriel Felizia, secretario del bloque del Frente de Todos en el Concejo Deliberante. Sin embargo, el decreto de Axel Kicillof se hace esperar.

Según pudo averiguar este medio, en la última reunión del directorio, Merlini habría anunciado a sus pares que renunciaría el próximo 30 de abril. Las miradas apuntan también hacia el ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa, quien, meses atrás, en una visita a la ciudad durante la temporada de verano, expresó que se estaban evaluando “varias líneas”.

Por lo pronto continúa la incertidumbre y los tiempos se alargan. Mientras tanto se acentúa el déficit en la conducción, a la espera de un nuevo esquema portuario que dinamice la actividad a nivel local.

 

Paralización

La actividad portuaria en Mar del Plata estuvo prácticamente paralizada desde el 16 de marzo hasta la primera semana de abril inclusive. Los gremios impulsaron la diagramación de un protocolo sanitario que, tras idas y vueltas, fue implementado.

 

El protocolo

Prevé un control estricto de cada tripulante al abordar, para despejar síntomas compatibles con el COVID-19, y también se controla la desinfección del barco. Las unidades deben partir provistas de elementos de higiene como alcohol, lavandina, guantes y barbijos.

 

Relevos, en crisis

Las dificultades de empleo se recrudecieron tras la decisión de Prefectura de impedir que los marineros relevos accedan a los muelles 2 y 3, donde opera la flota de altura. Eso evita que los operarios puedan recorrer los muelles y conseguir futuros embarques.

 

Primera protesta

El 6 de abril, el SOIP se transformó en el primer agrupamiento en romper la cuarentena para protestar frente a la Municipalidad. Una delegación de 10 sindicalistas reclamaron por asistencia alimentaria para las 9.000 familias afiliadas que se quedaron sin ingresos.

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