Buscan reconstruir las últimas horas del empresario muerto

Buscan reconstruir las últimas horas del empresario muerto
Alfredo Pesquera tenía pólvora en las manos. Ahora analizarán sus teléfonos celulares.
Los primeros rastros de la muerte de Alfredo Pesquera, cuyo cadáver fue hallado el sábado dentro de su propio auto y con un arma en su mano derecha, ya están en poder de los investigadores. Se sabe que Alfredo Pesquera le mandó un mail al abogado Fernando Burlando en el que le dijo que todo se había “enquilombado”, que no estaba para “otro round” y que cuidara a sus chicos. También trascendió que el mismo día de su muerte le pidió a su mujer que se llevara a los chicos porque no quería que vieran cómo lo detenían, sospechado por el asesinato de Miguel Angel Graffigna, otro empresario. No obstante, y a pesar de que quienes investigan el hecho prácticamente no tienen dudas de que se trató de un suicidio, hoy empezarán a reconstruir las últimas horas de vida de Pesquera para entender qué pasó por su cabeza, qué hizo antes de subirse a su camioneta y descartar que no haya sido un suicidio inducido.

Pesquera, de 49 años, apareció muerto de un tiro en la cabeza en el asiento trasero de su lujosa camioneta BMW X6, valuada –0km– en alrededor de un millón de pesos. Según confió a Clarín ayer una fuente de la investigación, Pesquera fue hallado con las llaves de su auto y con al menos dos teléfonos propios en sus bolsillos. Por eso la Justicia determinó que a partir de hoy se “abran” esos teléfonos y se busque información que pueda servir para rearmar sus últimos movimientos y, en todo caso, reconfirmar la hipótesis principal del suicidio. “Según contó su abogado (por Burlando) se deprimió y no quería volver a pasar por lo que le tocó vivir con la muerte de Rodrigo”, comentó una fuente del caso. Pesquera fue juzgado y absuelto por la muerte del cuartetero cordobés, en 2000.

Para la fiscal de la causa, Cristina Caamaño, prácticamente no hay dudas de que se trató de un suicidio. La forma en que se encontró el cadáver, el lugar, la pólvora que tenía en su mano derecha son indicios que sostienen esa hipótesis. Sin embargo, se necesita la confirmación de las pericias científicas, que los expertos en Criminalística aportarán en las próximas horas.

El allanamiento de la casa de Pesquera hecho el sábado a la noche fue pedido para la causa de la muerte de Graffigna, que investiga otra fiscal (Paula Asaro) aunque la información que puede haber en los objetos secuestrados (una tablet, una notebook y un pendrive) podría ayudar en la causa del presunto suicidio.

La autopsia que hicieron el sábado sobre el cuerpo de Pesquera reveló que la muerte ocurrió entre las 22 del viernes y las 4 de la madrugada del sábado.

El auto de Pesquera estaba estacionado en la puerta de la casa donde vivía su mujer, en Ramallo 3300. En el barrio nadie escuchó el disparo y eso pudo ser porque el BMW tiene un cierre hermético y un sistema de isonorización.

El mismo viernes, por pedido de la fiscal Asaro, el juez Javier Ríos ordenó la captura de Pesquera como autor del crimen de Graffigna, quien había aparecido muerto en su auto en junio pasado. Siempre se supuso que el arma con que lo mataron era del propio Graffigna y se trataba de una Glock .40. Pero la pistola nunca fue hallada.

Ahora Caamaño también busca cotejar la bala del asesinato de Graffigna con la que mató a Pesquera. “No está confirmado que el arma con el que mataron a Graffigna fuera una Glock porque nunca apareció”, explicaron fuentes judiciales. Criminalística de la Policía Federal cuenta con un sistema de fotografías de alta calidad que permite cotejar balas y determinar si fueron disparadas por una misma arma. En el caso de que la pistola de ambas muertes fuese la misma, la causa de Graffigna también podría quedar cerrada con Pesquera, el último empresario muerto, como culpable.

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