EL PJ busca separar la elección provincial de la nacional

EL PJ busca separar la elección provincial de la nacional

El oficialismo estudia habilitar por ley una “doble candidatura”: candidato a gobernador y primer legislador.

 

Unión por Córdoba ya comenzó a trabajar para intentar transformar el porrazo electoral legislativo de 2017 en una anécdota. ¿La meta? Dentro de un año y medio, cuando el poder real vuelva a ponerse en disputa, junto con la supremacía de un proyecto político que va por las dos décadas de éxitos ininterrumpidos en las urnas provinciales.

El trabajo es silencioso, en medio de un cierre de año convulsionado a nivel nacional.

En el PJ, comenzaron a trazar escenarios. Más allá de la excelente sintonía que mantienen el gobernador Juan Schiaretti y el presidente Mauricio Macri –situación que genera tirria entre los opositores provinciales–, en el seno del justicialismo descuentan que la disputa en 2019 será mano a mano contra Cambiemos.

“Mauricio me querrá ganar”, ya admitió entre los suyos el titular del Panal.

Para evitar ese deseo del jefe del Estado, los números comenzaron a trazarse en el PJ con el piso de votos que obtuvo la lista que encabezó Martín Llaryora en las Paso y los últimos comicios generales.

Los 30 puntos son el peor escenario que imaginan los peronistas. Si la estrategia se plantea en torno de ese número (más que conservador), cualquier cifra por encima de ese umbral será para mejor.

Schiaretti logró ser gobernador en 2015 con más del 39 por ciento de los votos, relegando a Oscar Aguad, que quedó a casi seis puntos. Aquella marca del peronismo asoma lejana después del capítulo electoral de 2017.

Pero, ¿cómo ganar la gobernación con sólo algo más de 30 puntos?

La respuesta comenzará a avizorarse cuando desde el año próximo comiencen a revelarse algunas de las ideas que ya están siendo analizadas en extremo sigilo por los estrategas electorales peronistas.

La primera jugada será dividir lo más posible el arco opositor. Alentar y financiar a candidatos que dispersen al electorado es una práctica tan vieja como la política.

En un escenario que podría repetir la polarización que ya se vivió en el último turno electoral, fragmentar las canastas siempre es un gran negocio para los oficialismos.

El peronismo partido en tres partes en la provincia de Buenos Aires fue la llave para que Cambiemos derrotara a Cristina y le podara sus aspiraciones futuras.

Aquí, sin embargo, el oficialismo piensa en darle una vuelta de tuerca más a la segmentación, colocando una tentadora zanahoria en la ley electoral para propiciar la inscripción de más candidatos a gobernador.

Aunque nadie lo reconocerá en público, ya circula la idea de introducir algunos retoques al Código Electoral provincial.

El principal es habilitar la posibilidad para que quienes sean candidatos a gobernador ocupen al mismo tiempo el primer lugar en la categoría de legisladores provinciales por distrito único.

Así, por ejemplo, espacios que en los últimos comicios no presentaron candidatos para la máxima magistratura, ahora podrán hacerlo, fortaleciendo esas boletas y garantizando, para aquel que se presente, la posibilidad de premio consuelo con una banca legislativa si es que realiza una buena elección.

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