Burgos le pidió a Carolina "que sea fuerte y siga para adelante"

Burgos le pidió a Carolina "que sea fuerte y siga para adelante"
Estaba preso desde hacía casi tres años. El tribunal oral consideró que la policía indujo a testigos para que lo reconocieran y calificaron ese procedimiento como "irregular". "Ahora quiero disfrutar de mi familia", dijo conmovido.

Pablo Roesler

Estaba confiado en que se iba a saber la verdad", dijo Carlos Burgos en las puertas de los tribunales platenses, minutos después de que los jueces lo absolvieran. El joven de 20 años había llegado al juicio acusado de ser quien baleó a Carolina Píparo, pero la propia víctima lo exculpó durante el debate.

Sin esposas y con el papel firmado por el Tribunal Oral Criminal Nº2 de La Plata que lo liberaba de toda culpa por la salidera y otro asalto que también se ventiló en el mismo debate, Burgos salió a la calle por la puerta principal. Hacía casi tres años que no lo hacía sin la celosa custodia del Servicio Penitenciario y apenas puso un pie en la calle, Marcela, su mamá, corrió hacia él y se fundieron en un abrazo.

"Yo quiero disfrutar de mi familia", dijo Burgos al ser abordado por la prensa. Las lágrimas desbordaban sus ojos oscuros, rodaban por sus mejillas y ahogaban sus palabras. "A Carolina le quiero decir que sea fuerte y que siga para adelante", dijo. Y pidió: "Lo único que me gustaría, con todo respeto, es que como me ensuciaron me limpien, porque yo era inocente desde el principio."

"La justicia a mi no me dejó adaptarme, ser feliz, trabajar. Pero bueno, ahora voy a empezar una nueva vida", continuó. Y aseguró que la vida fue "un infierno" en la prisión: "Gracias a Dios estoy con la panza sana", dijo recordando las facas carcelarias.

"Ahora quiero trabajar, quiero estar con mi familia y que no me moleste más la policía si no me porto mal. Porque yo no me voy a portar mal", agregó.

Burgos fue detenido el mismo día de la salidera. Dos policías de la Comisaría 2ª de La Plata se presentaron en su casa buscando a su padre, un hombre con antecedentes por ese tipo de asaltos. Pero como el buscado estaba preso, pidieron que el joven los acompañara.

Sin embargo, fue Marcela quien llevó a su hijo a la seccional. El chico había salido diez días antes de un instituto de menores y la mujer pensó que tenía que firmar papeles relacionados con su liberación.

Pero ya no volvió a verlo en libertad. Burgos fue exhibido a un testigo cuando estaba en el patio de la seccional, fue señalado, y lo dejaron detenido. Ayer, en su fallo los jueces consideraron esa identificación como un "procedimiento irregular" que "contaminó" los recuerdos de los testigos que luego lo señalaron en el juicio.

En las primeras audiencias del debate, la mamá de Carolina Píparo, María Emma Cometta, quien la acompañaba el día de la salidera, lo señaló como el autor del disparo. También lo identificó Tomás Trebec, un electricista que fue testigo del asalto. Pero ambos dudaron entre él y Moreno, quien se le parece.

Pero Carolina tiró por tierra esos testimonios cuando identificó a Moreno por los rastros de acné ("tenía pocitos en la cara", dijo), por sus ojos y piel más claros y, fundamentalmente, por su voz. Con esa identificación, la víctima dio la primera vuelta de llave para su libertad.

Ayer, mientras esperaba a su hijo frente a los tribunales, Marcela lloraba de alegría. "Yo lo llevé a la comisaría. Me habían dicho que tenía que firmar unos papeles y me lo engarronaron tres años. Y no tenía nada que ver", dijo. «

la clave del caso: la muerte del bebé

El fallo estableció que la muerte de Isidro Buzzali, el hijo de Carolina Píparo, fue un homicidio y no un aborto, tal como plantearon los abogados de la defensa.

"No han dejado resquicio para la duda los profesionales (médicos) al momento de afirmar que Isidro nació, tuvo existencia como persona desde el punto de vista biológico y desde el punto de vista jurídico", señalaron los jueces y así zanjaron la cuestión. Según explicaron, el bebé nació el 29 de julio de 2010 y fue sujeto de derechos hasta el 5 de agosto del 2010, fecha de su muerte.

Carolina fue baleada cuando cursaba nueve meses de embarazo e Isidro nació ese mismo día por una cesárea de emergencia. Los jueces establecieron, gracias a las declaraciones de los médicos, que su muerte tuvo "directa consecuencia con la hipoxia (falta de oxígeno) sufrida por su madre".

Carolina recibió un tiro que le atravesó el pulmón derecho y según explicaron los médicos del Hospital San Roque de Gonnet donde fue asistida, presentaba un 60% de oxígeno en sangre, un 40% menos que lo normal".

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