Bullrich designó a funcionario que defendió a un represor pampeano

Bullrich designó a funcionario que defendió a un represor pampeano

El Gobierno nacional designó como jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad a Pablo Noceti, un abogado que, entre otros, defendió al militar Fabio Iriart, uno de los principales responsables de los secuestros y torturas en La Pampa.

Noceti –ahora mano derecha de Patricia Bullrich- fue socio del abogado defensor del dictador Leopoldo Galtieri durante el Juicio a las Juntas que impulsó el expresidente Raúl Alfonsín. Además, se puso al servicio de represores de La Pampa y Concepción del Uruguay.

A fines de 2003, mientras se reabrían las causas en todo el país por delitos de lesa humanidad, escribió que los procesos eran la "legalización de una venganza, estructurada y diseñada en el poder político", según informa este lunes el diario Página 12.

Al mismo tiempo, cuestionaba la decisión que tomaban varios jueces federales y que en 2005 haría propia la Corte Suprema de Justicia, que declaraban imprescriptibles los delitos de lesa humanidad.

El actual funcionario macrista, mano derecha de Bullrich, consideraba que se trata de "delitos que siempre fueron prescriptibles", afirmando que la ley del Congreso que declaraba la nulidad de la Obediencia Debida y el Punto Final "debería avergonzar a todos los juristas serios de la República".

En diciembre de 2003 Noceti suscribió la apelación al procesamiento del teniente coronel Fabio Carlos Iriart, excomandante de la Subzona 14 y máximo responsable de la represión ilegal en La Pampa, a quien el juez Rodolfo Canicoba Corral había responsabilizado por 31 privaciones ilegales de la libertad y 26 casos de tormentos.

Según Noceti, la decisión estaba "sustentada en ligerezas e imperdonables desprolijidades" propias de "un proceso en el que la verdad material interesa muy pero muy poco y donde impera la legalización de una venganza, estructurada y diseñada en el poder político, desde el cual se pretende hacer un uso extorsivo del poder judicial al servicio de inconfesables intereses". Alertó sobre el peligro de que los "nuevos vientos políticos" demarcaran "los destinos del poder judicial, que aparece al servicio de estos vaivenes". "El poco interés en respetar la Constitución y el debido proceso es tan evidente que parece innecesario fundamentarlo", escribió, y consideró "imprescindible hacer un llamado a la institucionalidad de la República", caballito de batalla del PRO hasta el momento de asumir el gobierno.

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