En Buenos Aires, la culpa no es solamente de la lluvia

En Buenos Aires, la culpa no es solamente de la lluvia
La ciudad volvió a inundarse y ni las obras anunciadas con pompa la salvaron del agua. Diversos especialistas afirman que los errores de diseño metropolitano la condenan.

Gustavo Sarmiento

Ojalá a partir de ahora la Ciudad se inunde solamente de grandes ideas”, afirmó el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, hace cuatro meses, durante la apertura de la ataguía del canal aliviador largo del Arroyo Maldonado, en la que agregó como al pasar que "si hoy caen lluvias por menos de 50 milímetros, no vamos a tener problemas". Ayer llovió casi el doble en menos de seis horas, y la ciudad volvió a inundarse.

Los especialistas remarcaron que, más allá de megaobras anunciadas como salvadoras, hay razones estructurales que hacen de Buenos Aires una ciudad condenada a la inundación. Barrios como La Boca y Villa Crespo se erigieron en zonas que eran bañados, se impermeabilizó la mayor parte de la superficie absorbente con nuevas construcciones (sólo en la zona inundable de Palermo hay al menos 22 torres country), se eliminó la obligatoriedad de mantener el pulmón de manzana absorbente, el nivel de las calles creció por repavimentaciones, y hoy cuenta con sólo 2 m2 de espacio verde por habitante. El arquitecto Osvaldo Guerrica Echevarría explica que "el Ejecutivo porteño licitó la construcción de 28 playas de estacionamiento debajo de plazas, y ya en 2006 un decreto dispuso hormigonar el 30% de las superficies absorbentes de 50 plazas". Ahora el PRO busca concesionar por 30 años unas 37 hectáreas del Parque Roca y también quiere aprobar un proyecto que promueve la instalación de bares en plazas, quitando aun más espacio verde que absorba el agua.

La vicejefa de gobierno, María Eugenia Vidal, apuntó a que "hay un cambio climático impresionante, las lluvias no son lo que eran antes, y eso genera mucho más perjuicios". Claudia Campetela, gerenta de servicios a la comunidad del SMN, respondió: "Uno no puede hacer la relación unívoca con ese efecto. Tienen que medirse otros cambios que se están realizando, como menos espacios verdes, más población, ciudades que crecen indiscriminadamente. Esto puede llevar a que si bien las precipitaciones están, el impacto que tienen en la infraestructura y la población sea mucho mayor."

El ambientalista Antonio Elio Brailovsky pidió una gestión entre Ciudad y provincia para elaborar un Plan Hidráulico en común, y la delimitación de un mapa de áreas inundables que la Ciudad elaboró hace años y que nunca exhibió, ante la presión inmobiliaria por una temida baja de precios en las propiedades. “Significaría distintas normas de edificación y que se haga una evaluación de impacto ambiental ante cualquier obra”. Dos de los cinco barrios donde más se construyó en la última década fueron Belgrano y Palermo, incluso con garajes subterráneos, que conforman una de las zonas más inundables de la Ciudad, sobre el Maldonado. Brailovsky consideró respecto del túnel aliviador que "las obras hay que plantearlas con más humildad, minetras seguimos metiendo más gente en áreas de alto riesgo. Hay que aceptarlo: esto no tiene solución y debemos trabajar sobre atenuantes, sin prometer que esto se solucione definitivamente." «

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