El Brexit avanza pero será un proceso largo y complejo

El Brexit avanza pero será un proceso largo y complejo

La premier Theresa May difundió el plan de 12 puntos para la salida del bloque. En total, llevará dos años, con una etapa de transición.

El voto británico en la Cámara de los Comunes del miércoles para implementar el lanzamiento del artículo 50, que pone en marcha el proceso de divorcio entre Gran Bretaña y la Unión Europea, fue el triunfo del Parlamento ante la decisión de la primera ministra conservadora Theresa May de ignorarlo para lanzar el Brexit. Pero es solo el comienzo de un proceso extremadamente complejo, que incluye seis votaciones y el debate de 60 enmiendas a discutir entre los parlamentarios. A ellos se suma el tratamiento en un comité parlamentario y el paso por la temida Cámara de los Lores, que puede frenar la legislación.

La votación parlamentaria sirvió a Theresa May para autorizar la publicación del secreto mejor guardado del Brexit: cómo proyecta implementarlo. El “White Paper” o “Libro Blanco“ fue anunciado en los Comunes por el Secretario del Brexit, David Davis el jueves, en un plan de doce puntos. Se incluye una nueva votación parlamentaria sobre la inmigración, que dará lugar a más divisiones entre los conservadores, cuando el objetivo del Brexit fue calmar un partido en erupción. Son doce puntos que ratifican las declaraciones de Ken Clarke, el único diputado conservador y ex candidato a líder partidario, que votó contra su propio gobierno. Comparó la votación y los enunciados con “Alicia en el país de las maravillas por sus tremendas consecuencias para el reino” .

Oficialmente Gran Bretaña no será mas miembro del mercado único y busca un acuerdo comercial con la UE, "con la menor fricción posible”. Van a iniciar conversaciones preliminares por estos acuerdos con Brasil y China, “sin violar las obligaciones de la UE”, durante el proceso de divorcio que, oficialmente, debe durar dos años. La libertad de movimientos de europeos entre Gran Bretaña y la UE no va a continuar. Pero consultarán “a la comunidad de negocios y a las comunidades sobre el nuevo sistema”. El reino va a abandonar la jurisdicción de la Corte Europea de Justicia pero buscará un mecanismo separado para resolver disputas comerciales. El gobierno británico buscará “una fase de implementación de transición”, antes de quedar completamente libres de la regulación de Bruselas, al menos después de los dos años que durarán las negociaciones formales de divorcio con la UE. Intentará conseguir un acuerdo “lo más libre posible en los servicios financieros entre Gran Bretaña y la Unión Europea”, con mutuo reconocimiento de bancos a operar en ambas jurisdicciones con toda la facilidad posible. Gran Bretaña va a tratar de mantener “el poroso borde entre Irlanda del Norte y la República protegido por el área de viaje común”, establecido en 1923, uno de los puntos más delicados a tratar porque afecta el acuerdo de paz en Belfast.

En las 77 páginas del “White paper”, liberadas por presión de los Torys, queda en evidencia que los europeos que viven en Gran Bretaña no perderán sus derechos de residencia instantáneamente. Se deberá implementar una nueva legislación para diseñar el nuevo sistema migratorio de la primera ministra May. El documento dice que el rol del Parlamento no se limitará a implementar la Gran Ley de Devolución, que significa transferir la ley europea a la británica.

“Esperamos dos leyes separadas de inmigración y aduana”, confirma el papel. Una posibilidad que liberará la furia de los tories más liberales, que no quieren ser vistos como frenando el Brexit pero no están de acuerdo con el “Hard Brexit” de May. Son ellos los que amenazan con una rebelión contra la primera ministra si no garantiza que los 3.3 millones de europeos que viven en Gran Bretaña y los 800.000 británicos que residen en España, Francia e Irlanda no serán sacrificados en las negociaciones con la UE. El secretario David Davis admitió que habrá “una fase de implementación” y que “esos acuerdos serán complejos”.

La otra crisis es con los laboristas: 60 diputados votaron en contra o se abstuvieron, en la sesión en el Parlamento británico cuando su líder Jeremy Corbyn les pidió que apoyaran al Brexit el miércoles. Cuatro ministros en las sombras ya han renunciado al gabinete. Ed Miliband, ex jefe parlamentario Labour, fue quien los representó en el debate. El laborismo busca prepararse para una elección anticipada en Gran Bretaña y rechazan a Corbyn.

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