Bonadio: "Hay una escalada contra las bases republicanas de nuestra Constitución"

Bonadio:

El magistrado visitó los estudios de InfobaeTV. Habló del intempestivo apartamiento del caso Hotesur. "No tengo miedo, aunque uno no puede manejar a los otros", sostuvo. Negó que exista una corporación judicial

Tras ser apartado de la causa Hotesur por la Sala I de la Cámara Federal, el juez Claudio Bonadio visitó los estudios de InfobaeTV. Señaló que el que habla de corporación judicial no conoce el día a día en los Tribunales, que se están aprobando proyectos en el Congreso que se oponen a las garantías constitucionales y que está expectante de lo que pase en la justicia argentina.

No confirmó ni negó que existan funcionarios del Gobierno que intervengan en las decisiones de jueces y fiscales, sólo aseguró: "Conmigo no". Consultado acerca de si teme represalias, fue categórico: "Si usted me pregunta si tengo miedo, le digo que no, aunque uno no puede manejar a los otros".

Nos decía fuera de aire que en sus 20 años de juez no apareció prácticamente por los medios.

No creo que corresponda que un juez esté en los medios. Lo que los jueces decimos, lo firmamos, así que queda en los expedientes las opiniones y criterios con los que resolvemos las causas.

¿Y qué fue lo que lo hizo quebrar esa tradición en su vida de juez?

Sentí como ciudadano que algunas cuestiones que están pasando en los últimos dos o tres años, que siento que la sociedad lo está permitiendo, y es una escalada. O reescribimos la Constitución y sacamos los artículos que definen la cuestión republicana o decimos que tiene que construirse de otra manera. Así, las cosas no pueden hacerse. No pueden hacerse proyectos de ley donde se permite la designación de 15 o 16 fiscales generales, no se puede permitir la ley de subrogancia donde se designan jueces sin todas las garantías de la Constitución.

¿Puede ser que el kirchnerismo tenga una concepción distinta de la independencia de poderes?

Es que así fue estructurada la modernidad. Desde la Revolución Inglesa y la Revolución Francesa, el poder judicial en general y sobre todo el poder penal, es la separación del juzgamiento de los poderes políticos. La vieja carta magna que los nobles le arrancan a Juan Sin Tierra, empezó por quitarle a los nobles la potestad de imponer impuestos y después de juzgar. Así es que se construye el sistema de balance de poder entre el poder ejecutivo, el poder legisltivo y el poder judicial.

¿Hay otra concepción de lo judicial de que solo hay un poder y los demás deben domesticarse?

Desconozco cuál es la opinión o el criterio por el cual se están haciendo estas cosas, no quiero hablar de cosas que no sé.

¿Usted sabe que el domingo por la noche un periodista en un canal oficialista lo trató de juez golpista?

Qué lindo concepto. La verdad que no. Lo único que puedo decir es que desde que fui empleado en el Estado, luego funcionario y después juez, jamás lo hice en gobiernos dictatoriales, siempre fue en democracia.

Usted sabe que una de las críticas que se le hacen es que formó parte de una servilleta que el ex ministro del Interior Carlos Corach le mostró al ex ministro de Economía Domingo Cavallo. ¿Qué hay de cierto en eso?

Fue una construcción mediática que organizó alguno de los colaboradores de Cavallo, que en ese momento tenía cuatro o cinco causas importantes, y articularon eso como para generar un descrédito sobre los jueces que lo estaban investigando. La servilleta nunca existió y cualquiera que lo conozca a Corach sabe que es una persona prudente que jamás haría un desatino de esa magnitud.

¿Existen en este Gobierno funcionarios a ablandar o inmiscuirse en las causas de los jueces o en las investigaciones de los fiscales?

Yo no sé si existe o no existe. Lo único que le puedo decir es que conmigo no.

¿Eso le trajo problemas con el Poder Ejecutivo?

No, estos días estuve explicando que en las causas penales lo que mandan son los papeles. Cuando tuve evidencias y pruebas, yo fui adelante, aún con funcionarios importantes en su momento, como fue con Guillermo Moreno, Ricardo Jaime, en el caso de la masacre de Once, contra los funcionarios y empresarios que yo creí responsables. Y cuando no tuve esa evidencia, los sobreseí, por ejemplo, a los cuatro secretarios privados de la señora Presidente, donde estaba claro que habían tenido un crecimiento patrimonial, pero no pude demostrar que era ilícito.

¿Por qué cree que lo apartaron, doctor Bonadio?

No sé, creo que hay que preguntarle a la Cámara. Como un dato de interés lo que puedo decirle es que hay que leer el voto del camarista que votó en disidencia, Eduardo Fara, que le dice a sus otros dos colegas: estamos excediendo los límites de este incidente, ustedes están hablando de una serie de conductas que tuvo Bonadio en la causa y lo único que acá estamos discutiendo es si fue nula o no la designación de tres peritos contadores. Creo que el voto mayoritario, de los camaristas Freiler y Ballestero, tuvieron como argumento intentar engordar un raquítico argumento tendiente a plantear que yo había perdido imparcialidad. Desde lo actuado en la causa, no tiene mayor encarnadura.

¿Usted cree que los "apretaron" a estos dos camaristas desde el Gobierno?

No tengo idea.

¿Esperaba algo así?

Yo esperaba que hubiera alguna situación de estas características, no esta puntual, porque ya era la tercera vez que habían intentado sacarme la causa, pero no emito juicio público sobre colegas pares ni colegas de tribunales superiores. Lo que le puedo decir es que espero que la investigación continúe con la misma metodología, la misma eficacia y el mismo profesionalismo con el que actuamos los empleados del juzgado federal Nº 11 y yo la llevamos, hasta el jueves pasado.

Sabemos que conoce al papa Francisco, por entonces cardenal Bergoglio. ¿Se comunicó con usted? ¿Sabe por lo que está pasando?

No, yo respeto la investidura de Francisco, y hablé una vez con él y hubo un intercambio epistolar personal, y no más que eso.

¿Se siente respaldado por la población?

No soy un rockstar, la gente no grita ni se me tira encima cuando camino por la calle. Soy un ciudadano muy común, pero en estos días, gente que no me conoce me han dicho muchos "siga adelante" y ningún "pare". Obviamente, entre mis amigos y mi familia, tuve una solidaridad plena, pero eso es esperable.

¿En el mundo de la justicia, cómo se siente?

Los jueces, y los fiscales, no somos jugadores de equipo. No somos un equipo de fútbol o de rugby, donde la jugada es una construcción colectiva. Somos más bien como jugadores de golf, jugamos contra la cancha, jugamos contra el expediente. Cada uno trabaja sin consultar. Cuando se generan discusiones tienen que ver con asuntos más bien teóricas, hay cosas que no se discuten nunca, los expedientes no se discuten.

O sea, ¿no existe la corporación judicial?

Hablar de la corporación judicial es un desconocimiento absoluto de cómo es la dinámica de todos los días. Obviamente que existen intereses comunes, por eso existe la Asociación de Magistrados, pero que hayan cuestiones generales no sólo políticas sino también institucionales, no quiere decir que exista una corporación que tenga un sentido u objetivo determinado, ni mucho menos.

¿Cómo va a seguir este problema en la justicia?

No tengo idea, esto dependerá de nosotros, del conjunto de la gente.

¿Es optimista o pesimista?

Soy expectante. La única verdad es la realidad, decía un señor muy importante.

Precisamente, usted viene del peronismo. ¿Cree que hay un ADN de tipo autoritario en el peronismo, que lo hace actuar intentando domesticar a los poderes independientes?

Es verdad, yo militaba en el peronismo desde los 15 o 16 años, luego me afilié, pero me desafilié en el año 94 porque el reglamento para la justicia nacional impide que los jueces estemos afiliados a los partidos políticos. Pero no es mi función que de manera pública hacer análisis político, que no es mi función, porque yo no hago política, lo que hago es resolver expedientes penales.

¿Teme algún tipo de represalia? ¿Teme por su vida o por su seguridad?

No, para nada. Yo no tengo miedo. Punto. Lo que la vida nos depara es una cuestión que uno no puede manejar, uno no puede manejar a los otros. Si usted me pregunta si estoy atemorizado: no.

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