La Bombonera vivió su fiesta con fantasmas y cargadas de todo tipo

Con los condimentos de siempre, pero tan sabrosos que aun cuando repetidos tienen un gusto que encanta. Desde las bombas de humo con los colores rojo y blanco en el Monumental, hasta los colectivos de los hinchas de Boca que estaban adornados con fantasmas con los colores del conjunto millonario y una letra B en el centro. 

Todo bien intenso y colorido. El primero de los tres clásicos terminó con una fiesta en la Bombonera misma, que se preparó para eso.

Los silbidos para Barovero cuando pisó suelo xeneize, resultaron apenas un detalle para la lluvia de insultos que recibieron los jugadores de River cuando fueron mencionados por los altoparlantes del estadio. Orion recibió la ovación de todo el público local. Y quizá como parte del folclore, en el centro de la cancha apareció una lona con la inscripción que rezaba: "Club Atlético Boca Juniors, el único grande".

En la previa y en la casa de Boca, las cargadas estuvieron siempre dirigidas al descenso de River, por eso se empapelaron casas completas con referencias a ese doloroso momento para los millonarios. Tanto que había afiches pegados que decían: "Hay muchas fechas para recordar, pero ésta no se camBia nunca más: 26 de junio de 2011".

Todos buscaron un lugar en la cancha, las colas comenzaron a las 15 y el estadio empezó a completarse casi una hora antes del comienzo de una trilogía que los deja a todos sin respiración. Juan Martín Del Potro , desde uno de los palcos siguió de cerca cada acción, pero no sólo él estuvo en la cancha sino que varios ex jugadores, se acercaron al estadio para vivir uno de los partidos más emotivos del planeta de la pelota. En medio de tanta espera, hasta la presencia de Loustau estuvo en duda, ya que el árbitro llegó al estadio con una irritación en los ojos que se creía que podía ser una conjuntivitis.

El clima político en la Bombonera tampoco se detuvo, por eso el tráiler de Víctor Santamaría, que ofrecía porciones de pizza a cambio de $ 5, algo habitual, aunque en este caso, lo curioso fue observar una buena cantidad de policías cerca del lugar. Pero en el mismo escenario, también Jorge Amor Ameal, Roberto Digón, José Beraldi, tenían a su gente trabajando para instalar sus nombres como posibles candidatos a quedarse a la presidencia de Boca.

La salida de los equipos resultó el broche perfecto para una previa que solo acumuló nervios. River en medio de una catarata de silbidos y Boca bañado en papeles azules y amarillos, fue la imagen que le puso el marco que se merece semejante acontecimiento deportivo. Arruabarrena y Gallardo con un abrazo sincero marcaron el pulso de un cruce que desde hace varios días ellos, los entrenadores, trataron de quitarle dramatismo. Tanto que los dos planteles tuvieron un gran gesto al salir con inscripciones en la que se leía: "Justicia para Sole" y "Justicia para Topo" (en referencia a los fallecimientos de Soledad Fernández, la hija de Titi, y por Jorge López, que perdieron la vida durante el último Mundial en Brasil, en hechos aun no aclarados).

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