La economía argentina tuvo una caída de 0,8 por ciento en lo que va del año, pero en todo 2014 la retracción de la actividad será mayor.

Según la estimación de la Bolsa de Comercio de Córdoba, el producto interno bruto (PIB) bajará 1,5 por ciento este año. "El achicamiento obedece a una caída del consumo debido a la disminución del salario real y la retracción del crédito", destaca el Ramiro Sosa Navarro, director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la entidad empresaria.

La institución, que preside Horacio Parga, presentó esta mañana la 20ª edición de su Balance Anual de la Economía Argentina, en la inauguración formal del salón de actos de su sede de la calle Rosario de Santa Fe (La Voz anticipó el informe el último domingo en el suplemento Economía & Negocios: "Desafío, crecer en forma sostenible").

Más allá de las dificultades de la coyuntura, agravadas por las medidas tomadas para sostener el nivel de divisas (devaluación e incremento de las tasas de interés), Sosa Navarro señala que en este momento estamos viviendo una estabilidad transitoria.

El tema es que no se han resuelto los problemas estructurales que tiene el país. El economista remarca que el principal es el déficit fiscal derivado del déficit energético. Una cuestión que viene desde hace años.

"En lo que va de 2014 el déficit fiscal se multiplicó por más de dos respecto al año pasado", dice Sosa Navarro.

Y advierte: "El problema es la estructura de financiamiento de ese déficit. Por un lado, el aumento de la presión tributaria; por otra parte, la emisión, que deriva en inflación".

En este marco, considera que el acuerdo con el Club de París no alcanza para resolver estas dificultades, a las cuales suma la multiplicidad de nuevos impuestos y tasas de provincias y municipios y los problemas estadísticos.

Así, sostiene que, en el fondo, el problema del país para crecer es la falta de credibilidad y previsibilidad de la economía.