Aún faltan 11 días para el primero de los tres superclásicos que se jugarán en menos de dos semanas, pero todos ya especulan con el día después: ¿quién tiene más para perder? Boca llega con con más chapa de candidato, mientras que River se encuentra ante la obligación de defender el prestigio ganado en la última Copa Sudamericana. Claves para entender el presente de cada equipo y proyectar el futuro.

Boca, el club sensación

Rodolfo Arruabarrena pidió en las últimas semanas que no tilden de máquina a su equipo. Prefiere preparar un plantel con perfil bajo, como su estilo. ¿Cómo se hace en un clima ganador? "El trabajo nuestro consiste en que los jugadores estén al margen de esto, tratar de abstraerlos de ese ambiente ganador, porque después te pasa lo que te pasó con Chicago. No digo que uno subestima al rival, pero en la cabeza del jugador estas cosas juegan. Insisto, no hay un equipo que sea perfecto", explicó Diego Markic, ayudante de campo del Vasco, quien se sumó a su teoría.

Es que Boca, por plantel y presente, llega como candidato a esta serie de superclásicos. No es para menos: está puntero en el torneo de 30 equipos y terminó la etapa de grupos de la Copa Libertadores con puntaje ideal y una diferencia de gol envidiable: +17.

Una pronta eliminación en el certamen internacional sería un golpe duro para un equipo que, por una larga sequía, necesita de títulos. También los precisa Daniel Angilici, presidente del club, quien aún no decidió si irá por la reelección en los comicios que se desarrollarán en diciembre. Su imagen, luego de las salidas de Carlos Bianchi y Juan Román Riquelme, quedó golpeada y otra derrota ante el eterno rival sería una estocada final para sus aspiraciones.

River, con el deber de reafirmarse

Marcelo Gallardo, tras el último partido, aseguró: "Se viene un mayo para disfrutarlo y vivirlo con intensidad. Por eso necesito que todos los jugadores estén bien". Es real: en líneas generales, los millonarios tienen mucho más para "disfrutar". ¿Por qué? Porque, pese a estar punteros en el torneo doméstico, se metieron en los octavos de final por la ventana. En un duelo entre el mejor puntero y el peor segundo, la presión y la obligación siempre van a estar más cerca del primero.

De todas maneras, River tiene muchas cosas que perder. Una eliminación ante Boca taparía los recuerdos del exitoso 2014, donde se coronó en el torneo local y en la Copa Sudamericana. Además, luego de esperar más de 10 años para poder desquitarse del clásico rival con una eliminación en un torneo internacional, podría ser "vengado" a sólo cinco meses.

Políticamente, la situación en Núñez también es muy diferente. A Rodolfo D'Onofrio aún le quedan más de dos años de mandato, respaldado por varios logros deportivos durante su gestión..