El bloqueo a los biocombustibles pone a prueba el pulso de Macri ante Trump

El bloqueo a los biocombustibles pone a prueba el pulso de Macri ante Trump

Las exportaciones argentina de biodiesel penden de un hilo por una investigación anti-dumping.

La reunión entre Mauricio Macri y Donald Trump genera expectativa para los productores argentinos de biocombustibles, cuyas exportaciones están bajo amenaza. En este encuentro, Macri deberá dar muestras de habilidad diplomática para defender a uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina.

Es que, tras la asunción del magnate de la construcción, la National Biodiesel Board (NBB), institución que nuclea a los de productores estadounidenses de biodiesel acusó a la Argentina de "inundar el mercado con biodiesel subsidiado y con precios menores a los costos de producción". Y cuantificó que el daño que la importación de biocombustible argentino le genera a su industria se corregiría con la fijación de un arancel del 24%.

"La NBB venía hacía rato mirando con recelo la importación, y resolvió denunciar a Argentina ahora porque se sumaron dos circunstancias, primero que Argentina duplicó sus exportaciones de biodiesel a Estados Unidos en 2016 y , en segundo término, porque encontraron en el discurso proteccionista de Trump el momento propicio", opinó el especialista en relaciones internacionales y asesor de Carbio (Cámara Argentina de Biocombustibles), Gustavo Idígoras.

Si el Departamento de Comercio que dirige el halcón Wilbur Ross hiciera lugar a este arancel del 24% -aunque solo fuera de forma preventiva-, se cerrarían las ventas al país del Norte y Argentina se quedaría sin mercado para esta producción. Esto haría caer el precio del aceite de soja local y mundial -Argentina es el principal productor global- y, por ende, también impactaría en el precio del poroto de soja. Es decir, no solo afectaría la balanza comercial, también sería un golpe para el campo agroexportador, uno de los pilares del modelo de Macri. 

Por eso, en este viaje luego del encuentro de Macri con Trump, por lejos el más importante es el que mantendrá el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, con Ross. Si bien la Casa Rosada se cuidó de anticipar que no es razonable esperar que en esta visita se resuelva el diferendo, la reunión será clave para el futuro del conflicto.

Si el Departamento de Comercio pusiera el arancel del 24%, se cerrarían las exportaciones, caería el precio del aceite de soja y también impactaría en el precio mundial del poroto. Esto sería un golpe para el campo agroexportador, uno de los pilares del apoyo político de Macri.  

Para entender la magnitud de la puja, vale remarcar que en 2016, el 90% de las 1,5 millones de toneladas de exportaciones de este combustible fue al mercado de Estados Unidos por un monto de 1.240 millones de dólares, es decir prácticamente el 28% de los 4.438 millones de dólares que Argentina colocó en el país del norte. Y son el principal rubro de las exportaciones argentinas al país de Trump.

 

En 2016, las importaciones desde Estados Unidos superaron a las exportaciones por 2.502 millones de dólares Y gracias al crecimiento de las exportaciones de biodiesel, el déficit comercial se redujo a la mitad. De bloquearse las exportaciones, el comercio bilateral se desequilibraría incluso más en detrimento de Argentina. Por ejemplo, solo de gasoil el año pasado se importaron 808 millones de dólares desde Estados Unidos.

 

Esas 1,5 millones de toneladas representan una parte marginal para el mercado más grande del mundo, según Carbio. Por eso, desde el sector confían en que el presidente interceda con un planteo de la agenda comercial bilateral y la relevancia de este producto para la complementación productiva de ambos países. El gobierno que apostó por Hillary en las elecciones, tiene que remontar ahora la relación con Trump. Por eso, este lunes Macri recibió con todos los honores al gobernador de La Florida, Rick Scott, un republicano muy cercano al magnate.

Los productores confían además en que Macri le recuerde a Trump que la Organización Mundial de Comercio (OMC) viene de desestimar una denuncia similar de la Unión Europea.

 

A fines de marzo la OMC falló a favor de los productores argentinos de biodiesel y dio plazo a la Unión Europea hasta agosto para modificar el arancel anti-dumping vigente. Tanto en primera como en segunda instancia, el organismo reconoció la altísima productividad de la industria argentina y negaron que se tratara de un caso de prácticas desleales, como el subsidio a exportaciones por debajo de sus costos naturales para desplazar las producciones locales.

Fue un juicio que duró más de tres años y que privó al país de ingresos del orden los 1.700 millones de dólares anuales. (En 2011, Argentina exportó 1.847 millones de dólares de biodiesel a la Unión Europea.) Recién en agosto se retomaría gradualmente el comercio con el viejo continente, en el mejor de los casos.

 

¿Y el mercado interno?     Los productores de biodiesel consideran que la generación termoeléctrica -que hoy se alimenta con gas importado o gasoil- podría atenderse con biodiesel, pero la industria eléctrica primero necesita hacer adaptaciones tecnológicas, por lo que prefieren el gas importado o en su defecto el gasoil. Así, la la única opción sería subir el corte obligatorio del gasoil del 10% al 20%.  

 

El Departamento de Comercio de Estados Unidos -un organismo con autonomía respecto de Trump- comenzará la investigación sobre dumping contra Argentina y el 5 de mayo cuando se reúna su Comité Técnico, resolverá si hay daño potencial o no.

"Si resuelve que no hay daño potencial, el proceso se termina en ese momento y es el mejor escenario. Si no, la magnitud de la caída de las exportaciones depende del nivel de derechos provisorios que fije a fines de junio, cuando el Departamento de Comercio realice la primera estimación preliminar de dumping. Si es suficientemente alta, va a generar un parate. Y 24% es suficientemente lo suficientemente elevado para detener el comercio", explicó a LPO Idígoras.

Pero, los productores no están seguros que en Estados Unidos no deban enfrentar un periplo legal para la que no se cierren las exportaciones. De no recibir un dictamen favorable, en Carbio consideran que la instancia de revisión recién se daría a fin de año. "Estimamos que el tiempo procesal máximo será de un año y medio", consideró el especialista.

"Es verdad que la gestión de Macri ante Trump a priori solo puede tener un efecto limitado por la autonomía del Departamento de Comercio. Pero es la máxima opción que tenemos. No queremos aventurar qué tipo de acción puede desencadenar el planteo dentro de la agenda comercial. Esperamos que sea una acción oficiosa", agregó Idígoras, quien además se mostró confiado en que la participación activa en el proceso mejorará las probabilidades de una resolución favorable.

"La denuncia tiene vicios de arbitrariedad y en caso de que se fije un arancel, la siguiente instancia será en la OMC donde ya contamos con un fallo favorable en primera instancia y también en la cámara de apelaciones", explicó Idígoras como una de las razones por las cuales la administración de Trump puede tener interés en adelantar los plazos y evitarse un fallo adverso del organismo multilateral.

Por lo pronto, el que más interés tiene en que el Departo de Comercio no aplique un arancel a Argentina es Macri. No solo porque sería una pérdida sustancial para el sector más dinámico de Argentina,  sino porque personalmente recibiría un cachetazo a su política de apertura al comercio exterior y de alineamiento con Estados Unidos. 

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