Berlusconi no fue a prisión, amenaza al progresismo y quiere volver

Berlusconi no fue a prisión, amenaza al progresismo y quiere volver
El ex premier puede regresar al poder en los comicios de hoy. La centroizquierda quiere impedirlo. Y un cómico puede ser la sorpresa. Dura crisis política y económica.

Por Angela Nocioni

Desde Roma

Silvio Berlusconi volvió y volvió para ganar. Resucitó de sus cenizas políticas hace dos meses y se lanzó de vuelta a la campaña electoral. “¿Por qué volvió? –explicaba esta semana entre amigos su principal asesor Paolo Liguori, uno de los más brillantes periodistas de la izquierda radical en los setenta–. Porque le encanta la campaña. Lo excita competir y ganar, mucho más que gobernar”. Y, por supuesto, porque quiere salvar su imperio económico: desde el palacio Chigi sería mucho más cómodo defenderse de los juicios que lo acechan.

“¿Cómo es posible que vuelva? ¿No iba a ir a prisión?”, se preguntan los italianos. De los 32 juicios en los que llegó a estar involucrado, sólo cuatro quedan en pie. Algunos concluyeron con absolución plena porque Berlusconi fue hallado inocente; otras causas prescribieron porque la sentencia no llegó en el tiempo máximo previsto por la ley; y también hubo algunos que se disolvieron con una amnistía.

De los cuatro casos pendientes, los tres principales fueron impulsados por el Palacio de Justicia de Milán, donde trabaja la famosa jueza Ilda Bocassini, la pesadilla de Il Cavaliere. En el primero, donde la acusación es por evasión fiscal en la compra de derechos televisivos, Berlusconi fue condenado en primera instancia, hace pocas semanas, a cuatro años de cárcel. Pero en Italia los grados de un juicio son tres: faltan los procesos en corte de apelación y, eventualmente, en corte de casación.

El segundo juicio se conoce como “Mediatrade” y en él la mayoría de las imputaciones fueron archivadas: sólo quedan dossiers menores pendientes en el tribunal de Roma. El tercero es el más leve desde el punto de vista jurídico, pero con gran peso político: Berlusconi está acusado de haber facilitado a la prensa una grabación donde su adversario Piero Fassino, alcalde de Turín y líder de la izquierda, hablaba de operaciones muy sospechosas para llegar a controlar un banco.

Pero el “padre de todos los juicios”, y el que verdaderamente preocupa a Berlusconi, es el caso de “Ruby Robacorazones”, en el que se lo acusa por prostitución de menores y abuso de poder. Pasaron sólo dos años desde los famosos hechos, por lo que el ex premier no puede confiar en la prescripción. Berlusconi jura que en sus fiestas no tuvo sexo con la joven escort marroquí, y no será fácil para los magistrados condenarlo por ese delito ya que no hay testigos que contradigan su versión.

En ese delicado pero por ahora inofensivo marco judicial, Berlusconi acecha a la centroizquierda, que lidera los sondeos. Las encuestas más recientes dan como ganador a Pier Luigi Bersani con casi el 34% de las intenciones de voto, seguido por la coalición de derecha de Berlusconi con cerca del 30%. El cómico Beppe Grillo, símbolo de la antipolítica y revelación de la campaña, obtendría alrededor del 17%. La coalición de centro de Mario Monti es la gran decepción: no supera el 12%.

Según varios politólogos, en caso de no obtener mayoría en el Senado, Bersani podría sellar una alianza con Monti. Pero incluso en ese escenario no está claro si el gobierno tendría suficientes escaños como para garantizar una fuerte mayoría, ni si la coalición sería lo suficientemente estable.

Por esa razón, aunque no obtenga la mayoría parlamentaria, Berlusconi apuesta a conseguir un número de bancas suficientes como para jaquear al nuevo gobierno.

En un contexto de dura crisis económica y gran incertidumbre política, las conocidas dotes de Il Cavaliere para generar ingobernabilidad podrían volverlo a convertir en el político del momento. En ese marco, y sorprendiendo a los italianos y al resto del mundo, Berlusconi quiere volver.

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