Berlocq y Mayer fueron de mayor a menor y su ilusión frenó en cuartos

Berlocq y Mayer fueron de mayor a menor y su ilusión frenó en cuartos

Luego de un buen comienzo, cayeron en tres sets contra Dodig y Melo, cuartos preclasificados. La semana que viene jugarán el repechaje de la Copa Davis.

 

 

No alcanzó ese buen arranque que tuvo la pareja argentina e ilusionó con otra gran victoria. Carlos Berlocq y Leonardo Mayer chocaron contra los cuartos preclasificados del torneo, el croata Ivan Dodig y el brasileño Marcelo Melo, que finalmente tiraron su chapa de especialistas en el dobles y se impusieron por 3-6, 6-4 y 6-2 por los cuartos de final. Ahora es el turno de descansar unos días y empezar con los entrenamientos para el repechaje de Copa Davis ante Israel que comenzará el viernes próximo en Sunrise.

Los argentinos jugaron un primer set que ratificó todo lo bueno que habían hecho en octavos contra los campeones de Wimbledon, Jack Sock y Vasek Pospisil. Los dos, en un gran nivel: Leo, con su saque demoledor y una derecha impecable; Charly, rápido para cruzarse en la red y muy seguro adelante. Marcaron diferencia con un quiebre al principio y otro en el cierre para un 6-3 que daba permiso a soñar.

En el segundo parcial, la pareja argentina tuvo desde el comienzo dificultades para mantener sus saques. Pudo zafar en un principio, pero en el séptimo game, con el servicio de Berlocq, algunos errores les hicieron conceder su primer break del partido. Ahí se afirmaron Dodig y Melo, que empezaron a jugar cada vez mejor, en una cancha Louis Armstrong con poco público pero fervoroso. Cuando Dodig sacó para set, los argentinos tuvieron su chance con un doble break point pero no lo pudieron aprovechar. Así, el parcial se fue por 6-4 y la definición pasó al tercero.

Los argentinos se metieron en problemas de entrada en el set decisivo. Un par de cruces que salieron mal costaron el game de saque de Mayer, algo que los obligó a remar de abajo desde el comienzo. La confianza había cambiado de lado. Dodig y Melo le encontraron la vuelta al planteo de la pareja argentina y acertaban siempre con la colocación de la pelota: cuando el que estaba en la red se cruzaba, viajaba el tiro paralelo; si no, venía la devolución cruzada y precisa. El nuevo quiebre, a Berlocq, dejó olor a historia sentenciada. Y encima, para los argentinos, el saque de los rivales se había vuelto un enigma imposible de descifrar. Así llegó el 6-2 final que cerró el recorrido de Charly y Leo en este torneo, en el que tuvieron un viaje más largo del que habían soñado.

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