Beatriz se prepara para decirle adiós a su pueblo

La reina, en el trono durante 33 años, dejará hoy sus funciones tras una cena y un discurso

AMSTERDAM (De una enviada especial).- Mientras buena parte de Holanda se dedica a despedirla, ella, con su afán por estar sobre el más pequeño de los detalles, supervisa los preparativos de su comida final como reina.

Beatriz de Orange vive hoy su último día como reina y lo terminará con un discurso para todos los holandeses y una cena, en el venerado y renovado Rijksmuseum, para todos los invitados a la asunción de su hijo Guillermo Alejando y de Máxima.

El menú, la decoración, la música, todo estará bajo su atenta mirada, que durante 33 años no perdió de vista ningún tema que afectara la vida y el gobierno de Holanda, a pesar de que, con el paso del tiempo, el Parlamento fuera recortando su poder real hasta convertirlo en estrictamente simbólico.

Esa pérdida gradual de poder no desalentó a la reina, que buscó entonces preservar su autoridad moral y su influencia. Cientos de actos y viajes, 1200 reuniones con sus primeros ministros -según dijo ayer el gobierno-, y la presencia segura cuando Holanda temblaba hicieron que hoy Beatriz deje el trono con casi un 70% de popularidad.

Si mañana será el día de Guillermo y Máxima, este fin de semana fue el momento de Beatriz, el momento de la nostalgia. Miles de holandeses se adelantaron a los festejos con celebraciones y ferias multitudinarias; en las iglesias, todas las oraciones estuvieron destinadas a agradecer sus más de tres décadas de reinado; los artistas le dedicaron sus canciones.

"Todo el país acepta el hecho de que ella quiera dar un paso al costado porque tiene 75 años, pero varios derramarán unas cuantas lágrimas el martes por esta señora formidable", dijo ayer el primer ministro, el demócrata cristiano Mark Rutte.

La que probablemente no derrame lágrimas será ella. Introvertida y sin la naturalidad que tienen Guillermo y Máxima para tratar con la gente, Beatriz evita las emociones en público al punto de parecer fría y distante.

Sólo en tres ocasiones en los últimos diez años la reina dejó que los holandeses vieran su dolor. La primera fue en octubre de 2002, cuando murió su esposo, Claus, que durante años luchó contra una frágil salud y contra su rol de eterno segundo.

La siguiente fue en 2009, cuando Kars Tates, un reciente desempleado, estrelló su auto contra la gente durante los festejos del día de la reina, en Apeldoorn, y mientras pasaba el ómnibus de la familia real; siete muertos y una Beatriz visiblemente devastada dejó el ataque.

El tercero fue el que aceleró la decisión de la reina de hacerle lugar a Guillermo. En febrero de 2012, Friso, el segundo hijo de Beatriz, fue sepultado por una avalancha mientras esquiaba; pasó varios minutos bajo la nieve y aún hoy está en coma.

Ya entonces, la reina reflexionaba sobre la posibilidad de abdicar y el accidente precipitó la decisión. Guillermo y Máxima, la nuera a la que primero mantuvo a la distancia pero que ahora siente tan cerca como una hija, estaban listos para ser reyes. Y ella para volver a ser princesa.

Comienzan las celebraciones

Las principales actividades de hoy (hora argentina)

15.00

Las celebraciones por la coronación de Guillermo Alejandro y Máxima comenzarán hoy con una cena de gala en el Rijksmuseum en Holanda, con la presencia de personalidades de las casas reales de todo el mundo

19.00

En la capital argentina se rendirá tributo a la princesa con "Un tango para Máxima" en la plaza Naciones Unidas. El espectáculo será retransmitido en Holanda y culminará con lectura de poemas

Una sugerencia para la Argentina

El primer ministro holandés, el demócrata cristiano Mark Rutte, tuvo ayer una sugerencia para la Argentina. "Cambien su Constitución", recomendó, entre risas, el premier, en el cargo desde octubre de 2010. El jefe del gobierno de Holanda había lanzado, antes, una lluvia de elogios para Máxima Zorreguieta, por lo que se le ocurrió que la Argentina debería reformar la Carta Magna para tener una reina como ella..

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