BCRA espera alto IPC de marzo y evalúa subir aún más su tasa

BCRA espera alto IPC de marzo y evalúa subir aún más su tasa

El Gobierno apuesta a que sea el último dato pesimista sobre la inflación y que abril ya refleje una desaceleración. El interés de los pases está hoy en 24,75%, pero en el Central piden a las provincias que eliminen un impuesto que lo hace menos atractivo.

 

"¿De qué modo exactamente hará el Banco Central para reducir la inflación con una expansión monetaria del 30%-40%?". La pregunta se disparó desde el público, este viernes y en el salón Arena del hotel Hilton, al corazón de un dilema que le toca resolver al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. El autor fue Valentin Schmid, editor de negocios del diario neoyorquino Epoch Times, y que tuvo un pasado reciente como portfolio manager de un banco global. Sturzeneger ensayó una respuesta: "Es un debate permanente... Seguimos teniendo inflación muy alta. La cifra que vimos en marzo nos convenció de que debíamos hacer un ajuste de la política monetaria. Ya lo hicimos en la parte más larga de la curva de rendimientos, al ajustar 200 puntos básicos", esbozó.

Escuchaban, en esa misma sala, el vicepresidente segundo del BCRA, Demian Reidel, y el gerente general, Mariano Flores Vidal. Una pregunta de este tipo no resulta simpática, en un momento como el actual, para quienes en los últimos años advirtieron hasta el cansancio sobre la relación que hay entre la cantidad de dinero y los precios (al menos, en el largo plazo). La emisión en la Argentina supera todavía el 30% anual y la inflación de marzo aún sigue alta. El Central debe resolver, mañana, si sube una vez más la tasa de interés de referencia de la economía que hoy está en 24,75% anual. Este viernes, Sturzenegger atribuyó gran parte del "rebote" de precios a la "segunda ronda de ajustes" que hace el Gobierno desde febrero sobre las tarifas públicas; pero empieza a reconocer, también, que alguna otra parte puede tener que ver con la mayor emisión de pesos que concedió desde octubre (la expansión pasó desde entonces del 19,5% al 31,5%). 

El INDEC dará a conocer mañana el índice de precios al consumidor sobre marzo. La mayoría de las consultoras privadas ya estimó que podría ubicarse por encima del piso del 2% anual. Y en el BCRA consideran que, por ahora, no aparece ninguna señal para relajar la política monetaria: en el área metropolitana (que incluye Gran Buenos Aires y la Ciudad), el dato oficial podría ubicarse entre el 2% y el 2,5% en marzo; y en la Capital Federal, el impacto podría ser aún mayor. Con todo, en el Gobierno apuestan a que sea "el último dato de inflación pesimista", y confían en que, para abril, el IPC vuelva a ubicarse por debajo de este piso.

La cantidad de dinero aumenta todavía a un ritmo superior al 30% anual. Según los datos oficiales, el Banco Central parece haber reaccionado recién en marzo, cuando ante la falta de demanda de pases de los bancos, tomó la decisión de empezar a colocar Lebac en el mercado secundario: $80.000 millones ese mes y otros $40.000 en estos primeros días de abril.

El aumento en la cantidad de pesos en la economía podría ser una señal de que la tasa de interés de los pases pasivos a 7 días, que corregida por impuestos es del 22,32% anual, es insuficiente para tentar a los bancos frente expectativas de inflación que se ubican en el 21,2% para los próximos doce meses. Las Lebac son hoy más atractivas: tras las últimas intervenciones del BCRA, el rendimiento superó el 24% anual para algunos plazos cortos.

Dentro del BCRA creen que una solución para hacer más tentadores los pases podría ser que las provincias concedieran una desgravación de Ingresos Brutos. La eliminación del impuesto, como la que hoy ya analiza la Ciudad de Buenos Aires, podría reacomodar la tasa "neta" de pases pasivos en el 24% anual (y evitar así, a la mesa del Central, discutir mañana una nueva suba de tasas). La decisión no es fácil porque requiere la aprobación en las legislaturas provinciales. Como sea, mañana será el día clave para enviar una señal al mercado. Y el BCRA parece ya dispuesto a dejar en claro que su "función de reacción" tiene más que ver con el cumplimiento de las metas (y su credibilidad), que con una estrategia política o electoral.

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