El acampe frente al predio donde Monsanto construye una planta de semillas se transformó ayer por la mañana en un campo de batalla, después de que unas 60 personas llegaran en colectivo para desalojar a los manifestantes que bloquean desde hace dos meses y medio el ingreso de camiones a la obra en construcción, sobre la ruta A88, en Malvinas Argentinas.

Este grupo consiguió correr a los activistas e ingresaron unos siete camiones con materiales. Más tarde, hubo un fuerte enfrentamiento en el que la Policía reprimió con balas de goma. Resultaron heridos una decena de asambleístas, tres efectivos de seguridad y el dirigente de la Unión de Obreros de la Construcción (Uocra), Luis Gutiérrez.

Pasado el mediodía, los activistas volvieron a bloquear el acceso principal. Por la tarde, realizaron una marcha en el centro de la Capital.

En tanto, el abogado del Club de Derecho, Federico Macciocchi, presentó una denuncia ante la fiscalía de Distrito II Turno 4°, de Víctor Chiapero, contra directivos de Monsanto y de la Uocra por considerarlos responsables de los hechos violentos. “Esto no fue algo espontáneo”, acusó el letrado. Asambleístas heridos también presentaron denuncias, al igual que Gutiérrez, de la Uocra.

Monsanto, en tanto, informó en un parte de prensa que los activistas rompieron autos de los trabajadores y les impidieron ingresar al predio. Y sostuvieron: “Lamentamos que no nos permitan ejercer nuestro derecho de continuar con la construcción de la planta y que haya grupos que recurran a la violencia como único camino para expresar sus diferencias”.

La Uocra difundió un comunicado en el que negó que el sindicato hubiera rentado colectivos y pidió seguridad para los trabajadores.

Desde el 18 de septiembre pasado, la construcción está casi paralizada por el bloqueo. Los asambleístas piden una consulta popular y el retiro de Monsanto de Córdoba y del país.

El fiscal Chiapero ordenó hace dos meses que la Policía garantice el derecho de protesta de los vecinos y el ingreso de personas y cosas a la planta. Sin embargo, esa orden nunca se cumplió efectivamente.

Violento desalojo

De acuerdo al relato de los asambleístas y del comisario Mayor Mario Tornavaca, pasadas las 7 de la mañana, llegaron al lugar un grupo de hombres y mujeres en dos colectivos alquilados. Según fuentes de Monsanto y de la Uocra, eran trabajadores y sus familias. Para los manifestantes, fue una patota de violentos rentados.

“Estábamos durmiendo, cuando escuchamos gritos y de golpe los teníamos encima. Empezaron a romper todo con palos y piedras”, contó a La Voz del Interior una joven que prefirió no decir su nombre y que estaba con el rostro cubierto.

Una vez liberado el portón principal, ingresaron vehículos con materiales. Un obrero que llegó en uno de los camiones dijo a este diario que venían de Rojas, provincia de Buenos Aires. Allí, Monsanto tiene una planta muy similar a la que construye en Malvinas. “Anoche (por anteanoche) nos dijeron que teníamos que venir para acá, que iba a estar liberada la entrada”, comentó Alejandro, quien estaba dentro del predio y se había acercado al tejido para hablar con los asambleístas. Pidió reservar su apellido.

Enfrentamiento

Pasadas las 10, arribaron al lugar dirigentes de Uocra, según contó a este diario ayer Gutiérrez, secretario adjunto del gremio. “Recibimos el llamado de los delegados que estaban en Monsanto para que vayamos”, dijo. Para esa hora, ya había presencia de la Guardia de Infantería en el predio.

Cerca de las 10.15, se desató un violento enfrentamiento, cuando los activistas intentaron impedir el avance sobre el campamento. Se tiraron con piedras y palos, y la Policía reprimió con balas de goma. Tres efectivos fueron heridos, uno de ellos con un rastrillo por la espalda.

Tras esa trifulca, los que habían llegado en colectivo se fueron. Hacia el mediodía, la violencia había cesado y los activistas retomaron el bloqueo.